Opinión

María del Carmen Taborcía: Lluvia de diamantes

Todo comienza en la atmósfera superior con las tormentas, cuando un rayo convierte el metano en el hollín. A medida que el hollín cae la presión sobre él aumenta, lo que provoca que se convierta en grafito. Por   María del Carmen Taborcía Es en esta etapa cuando “caen diamantes como granizo sobre una gran […]

Por Allan Brito
María del Carmen Taborcía: Lluvia de diamantes
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Todo comienza en la atmósfera superior con las tormentas, cuando un rayo convierte el metano en el hollín. A medida que el hollín cae la presión sobre él aumenta, lo que provoca que se convierta en grafito.

Por   María del Carmen Taborcía

Es en esta etapa cuando “caen diamantes como granizo sobre una gran región”. Posteriormente cerca del núcleo en donde la presión y la temperatura es tan infernal, no hay manera de que los diamantes puedan seguir siendo sólidos y se derriten.

Las condiciones de Júpiter y Saturno podrían provocar “lluvias de diamantes”. Sus atmósferas podrían generar unas diez millones de toneladas de esas piedras al año; y las más grandes serían probablemente alrededor de un centímetro de diámetro, tamaño que sería suficiente para incrustar una en un anillo.

Así lo aseguran los estudios llevados adelante por la Universidad de Winsconsin-Madison.

Para llegar a esta conclusión, los expertos analizaron en detalle temperatura y presión existente en el interior de ambos planetas, y consideraron además, nuevos antecedentes sobre el comportamiento del carbono en diferentes condiciones. Según los investigadores, es posible presumir que los diamantes serían como los de la Tierra pero probablemente un poco más densos.

Si bien se conoce desde hace 30 años que el diamante puede ser estable en los núcleos de Urano y Neptuno, se pensaba que Júpiter y Saturno al ser demasiado calientes no presentarían condiciones adecuadas para la precipitación de diamante sólido. Contrariamente a lo que se consideraba, los nuevos datos disponibles han confirmado que en la profundidad, los diamantes pueden estar flotando en el interior de Saturno y crecer de manera tal que podrían ser llamados “diamondbergs” (diamantes icebergs).

Los científicos planetarios están seguros que la “lluvia de diamantes” podría ser la forma más común de precipitación en el Sistema Solar.

Este descubrimiento puede convertir en realidad nuestros sueños. Quizás, va más allá de lo deseado; de lo imaginado en las más locas ensoñaciones.

Muchos fantaseamos con un enorme cohete, en donde se instalen cómodamente todos nuestros estimados políticos, y sea lanzado al espacio, en un viaje de ida solamente, claro.

Que naveguen por el universo en un éxodo interplanetario, y lleven su avaricia a través de la materia oscura. ¡Que les lluevan los diamantes de Júpiter o Urano!

@taborciamaria

María del Carmen Taborcía es abogada y escritora  argentina, con estudios en comercio exterior y mediación. Ha sido docente universitaria y conductora y moderadora de programas radiales en su natal Buenos Aires. Es la autora de Poesía en los Tilos entre otros libros.

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