El seguro de vida tiene el objetivo de garantizar estabilidad financiera a los seres queridos cuando el asegurado falte. Más preciso, cuando muera. Entonces, qué sentido tiene para un joven lleno de vida, sin hijos, y soltero adquirir una póliza de vida.
Pues el sentido práctico. Si este joven tiene padres y los quiere, puede pensar que si, por alguna remota casualidad, a él le sucediera algo, podría dejar a sus padres como beneficiarios de su seguro.
Otra razón no tan distinta es si este joven ha recibido un préstamo y sus padres le han avalado, si él fallece, además del entierro, sus padres tendrán que cargar con la deuda del préstamo de su hijo.
Pero el avalista del préstamo podría ser una hermana o un amigo. Entonces cobra sentido tener un seguro de vida para proteger a las personas que le han tendido la mano.
La vida es muy larga, y no siempre ese joven estará soltero y sin hijos. Si es una persona previsora, entenderá que el seguro de vida para alguien joven y saludable es mucho más barato que cuando se adquiere con una edad más madura. Empezar temprano con un seguro de vida es la mejor garantía de pagar cuotas más baratas durante el resto del tiempo.
Por otra parte, muchos de los seguros de vida incluyen cobertura de discapacidad o enfermedades críticas que permiten adelantar el capital asegurado para hacer frente a los gastos generados por invalidez o la enfermedad. Es decir, si este joven se cae en una moto y queda invalido, su seguro de vida le protegerá financieramente.
En fin, hacerse un seguro de vida, siendo joven y soltero no parece tan mala idea. Yo diría que es una idea genial.
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