Los hospitales tienen fuertes medidas de seguridad para resguardar los medicamentos que pueden ser extraídos por pacientes farmacodependientes. Sin embargo, otros artículos e incluso vehículos no cuentan con mayor custodia al no ser de interés por parte de los ladrones o adictos.
Para los paramédicos del HCA Florida en el St. Lucie Hospital, ubicado en el condado del mismo nombre, era un día normal cuando se presentó una emergencia con un paciente. Rápidamente, se movilizaron al centro de salud y al llegar bajaron la camilla y trasladaron al enfermo hasta el interior del recinto. Una acción que han repetido miles de veces.
Sin embargo, cuando salieron de la sala de urgencias y regresaron al estacionamiento, no podían creer lo que había ocurrido: La ambulancia ya no estaba. ¿Qué había ocurrido?
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Los paramédicos dieron aviso inmediato a la policía de Port St. Lucie, quienes activaron un operativo de rescate de la unidad. La ambulancia contaba con un GPS instalado, por lo que no tuvieron mayor problema en dar con su ubicación, aunque aún no sabían qué tramaba la persona que la había robado.
El rescate de la ambulancia del St. Lucie Hospital
Lo primero que notaron es que se trataba de una conductora que tenía la bata del hospital. Además, resaltaron que estaba conduciendo de manera descontrolada, en dirección hacia el condado de Martín, y poniendo en peligro a los demás conductores y peatones.
En un momento, lograron hacer que el vehículo se detuviera y de él salió la mujer corriendo a toda velocidad. Los uniformados indicaron que hubo una breve persecución a pie, pero lograron detenerla rápidamente.
La policía identificó a la secuestradora de la ambulancia como Marquisa Allen, de 25 años, una mujer originaria de Miami. Posteriormente, los investigadores descubrieron que ella estaba sentada en un banco del estacionamiento del hospital cuando vio a los paramédicos llegar en la ambulancia. Al ver el vehículo sin vigilancia, se montó y empezó a conducir.
Los organismos de seguridad no ofrecieron mayores detalles sobre la antisocial, ni la razón por la que era paciente del hospital, ubicado en 1800 SE Tiffany Ave.
Después del arresto la llevaron hasta la cárcel del condado de Martin. En su primera audiencia la acusaron por dar información falsa a la policía, conducir mientras estaba suspendida la licencia y resistirse sin violencia. Además, adelantaron que muy pronto estarían acusándola por nuevos cargos.
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