Antonio García no es un niño común y corriente. Desde que tiene seis años se dedica a programar videojuegos, hoy con 11, ya anota más de 100 creaciones en su registro. Según plantea, la programación y la robótica, deberían ser asignaturas en la escuela, como matemáticas, historia o biología.
Nacido en España, en Villanubia, un pueblo de 2.600 habitantes en Valladolid, García dio sus primeros pasos en la programación de videojuegos, tras un evento padre e hijo de una universidad en su ciudad. Ese evento, que en muchos casos puede no es más que una simple anécdota, se convirtió en el punto de partida de una nueva etapa en la vida de este niño.
Comenzó a trabajar en programación, con el objetivo de hacer más sencillas las clases en el colegio, para él y para sus compañeros.
Cuenta con el apoyo de sus padres, y junto a sus amigos y hermana, creó un club de programación llamado Club de Programación de El Páramo de Villanubla. En un principio eran unos pocos, hoy son 54.