Opinión, Política

Eduardo Montalvo: Lo que importa es quien sea la vicepresidenta

El Partido Demócrata ha demostrado que no tiene nada de democrático. La prematura aclamación de Joe Biden ha dejado en claro que las reglas del juego democrático sólo les sirven de papel higiénico. Por Eduardo Montalvo La coronación de Biden es la farsa política más grande de la Historia. Es un insulto a la inteligencia […]

Por Allan Brito
Eduardo Montalvo: Lo que importa es quien sea la vicepresidenta
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El Partido Demócrata ha demostrado que no tiene nada de democrático. La prematura aclamación de Joe Biden ha dejado en claro que las reglas del juego democrático sólo les sirven de papel higiénico.

Por Eduardo Montalvo

La coronación de Biden es la farsa política más grande de la Historia. Es un insulto a la inteligencia de los electores demócratas quienes, al parecer, carecen de ella, porque están votando por el peor candidato de todos, un viejo senil, demente y pervertido.

Todos sabemos quién es Joe Biden; todos hemos visto las aberrantes imágenes de sus actos lascivos con niños y mujeres ante las cámaras. Todos nos hemos burlado de sus diarias metidas de pata, y todos sabemos que él está más de allá que de acá. Entonces, ¿por qué lo están eligiendo como su candidato?

Mi teoría inicial es que el Partido Demócrata lo está inmolando para evitar su destrucción a manos de Sanders y sus camaradas, pero, ahora se me ocurre otra teoría que, aunque parece de ciencia ficción, pudiera ser real: ¡Biden no importa!

A los demócratas no les importa que Biden sea el candidato a la Presidencia, lo que les importa es quién sea la candidata a la Vicepresidencia. Ellos se han dado cuenta que sólo pueden ganar acoplando a Biden con una mujer como vicepresidente, bien sea blanca, negra, o hasta “india”.

La primera opción es la fórmula Biden-Clinton; Ésta serviría no sólo para reforzar la golpeada candidatura de Biden, sino para aumentar la votación a favor de los demócratas.

La intención sería que Killary sea la presidente destituyendo al viejo mediante un impeachment, alguna triquiñuela constitucional, por demencia, o con un simple “suicidio”.

La segunda opción sería la de Biden-Obama; éste sería el sueño dorado de los demócratas, dado que sería la manera de rescatar el Legado de Obama. Sin duda que Michelle Obama atraería muchos votantes por ser mujer, negra, y ex Primera Dama. Por supuesto que Biden sería una figura decorativa, porque quien realmente sería el presidente sería Obama, a través de su esposa.

La tercera opción sería la de Biden-Warren; aunque menos probable, esta fórmula serviría para captar a los descontentos votantes de Sanders, motivándolos a votar por otra comunista. De tener éxito, tendríamos en Pocahontas a la primera vicepresidente india, al menos en una milésima parte.

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