Crecen los rumores desde el Vaticano sobre la posible renuncia de el Papa Francisco, esto gracias a que el sumo pontífice no ha estado en su mejor momento debido a problemas de salud que lo han llevado a cancelar varios de sus importantes compromisos.
Hay que seguir adelante pero “creando el espacio” para gobernar el futuro de su papado “aprendiendo a despedirse”, como él mismo ha dicho.
Sus pistas
Sus catequesis sobre la vejez en estas últimas semanas en la audiencia general de los miércoles lucen como una preparación para que los fieles sepan que el pontífice sabe que debe prepararse para renunciar y lo mejor es hacer las cosas con tiempo.
En el Vaticano, un optimista recordó que en 2025 se celebrará un Año Jubilar, una oportunidad para retirarse tras haber preparado el terreno. Pero entonces el Papa estará recorriendo los 89 años de edad que cumplirá el 17 de diciembre.
Primeros pasos
Todo parece indicar que la lucidez de Francisco evita trazarse el camino para el adiós al papado con fechas fijas. Otra vez: como jesuita echa mano a San Ignacio de Loyola y cree que lo mejor es avanzar en un proceso ayudado por el buen discernimiento.
Ese proceso ya ha comenzado y va cristalizando en etapas. Agosto es una clave importante, porque el 29 y 30 se reunirá con los cardenales del Sacro Colegio para examinar, intercambiar ideas y conocerse en torno a la reforma de la Curia Romana, que fue un mandato del Cónclave que lo eligió pontífice en marzo de 2013, tras la dimisión de Benedicto XVI, el Papa emérito Joseph Ratzinger, que sigue vivo a los 95 años de edad.
Francisco está orgulloso de haber concluido la reforma de la Curia con la Constitución Apostólica “Predicad el Evangelio”, que reorganiza los dicasterios (“ministerios”) de la Curia, que es el gobierno central de la Iglesia.
Tras más de ocho años el trabajo está completo y pretende haber adaptado la Iglesia a los tiempos actuales en su organización central.
El porteño Jorge Bergoglio desea en lo íntimo que sus reformas sean válidas y si es posible irreversibles. Por eso quiere llevar adelante a fondo otro instrumento del proceso, el Sínodo global que significará “el último acto profético de su pontificado”, como le dijo una fuente vaticana a Chris Lamb, que escribió un óptimo articulo en el autorizado órgano católico The Tablet.
Chris Lamb lanza la hipótesis que la libertad de discernir el camino a seguir permitiría al Papa darse un espacio temporal más largo que los pocos días que hay para preparar el Cónclave tras la muerte o renuncia del pontífice al ministerio de obispo de Roma.
Esta idea debe en realidad estar en marcha en la mente del Papa desde hace tiempo. Y explica cómo Bergoglio cree que el Sínodo global que culminará en su asamblea mundial de obispos en Roma en octubre de 2023 es un instrumento clave para afirmar sus reformas y proyectarlas hacia el futuro.
Fuente: EL CLARIN DE ARGENTINA
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