La arquitectura española guarda en sus muros historia que resulta ser clave para entender quienes somos en nuestros días, construcciones que sin duda alguna, atrae la mirada de turistas, quienes quedan atónitos de tales maravillas. Pero no necesariamente tiene que viajar a territorio europeo para disfrutar de este tipo de joyas arquitectónicas.
Por Redacción MiamiDiario
Al norte de Miami, un auténtico monasterio español de siglo XII guarda en sus bloques de piedra mucho más que una bonita infraestructura paralas fotografías. Se trata de un claustro original del monasterio de Santa María la Real de Sacramenia, un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, construido en el año 1141.
Sin embargo, si se lo está preguntando, sepa que no es el primero en tener la duda de ¿Cómo llego tal recinto a territorio estadounidense? Para responder tal interrogante debe remontarse en la historia al año 1925 cuando el multimillonario de la prensa norteamericano William Randolph Hearst, con un inquebrantable capricho, compró los claustros y las dependencias del monasterio segoviano, las desmontó y las trasladó, piedra a piedra, hasta los Estados Unidos.
El claustro de Sacramenia se desmontó completamente y fue embalado en 11.000 cajas numeradas bloque a bloque. Así llegó a la estación de Peñafiel, y de allí fue trasladado en ferrocarril hasta Valencia, de donde se embarcó hacia Estados Unidos con un permiso de exportación en el que se indicaba que eran materiales de construcción.
En total fueron 35.784 piedras que armaron un enorme rompecabezas, el detalle fue que al arribar a Nueva York, para prevenir epidemias, las autoridades sanitarias ordenaron sacarlas de los embalajes y quemar la paja que las protegía. Al guardarlas de nuevo, nadie se percató en los números de las cajas, y las piedras terminaron en un almacén del Bronx. Tras los problemas económicos y La Gran Depresión de 1929, Hearts se olvió del asunto, hasta que en 1952, dos inversionistas de Miami, William Edgemon y Raymond Moss, decidieron comprarlas y convertirlas en una atracción turística
Por la construcción pargaron 500.000 dólares y se invirió tres veces más en el traslado a Miami y en el montaje posterior de esta peculiar obra arquitectónica. Pero al ver que la elección del lugar no fue el más idóneo al no estar en un circuito turístico, los promotores del claustro se vieron en la obligación de vender la construcción. Fue adquirida una década más tarde a bajo precio por la Iglesia Episcopal de San Bernardo de Claraval, quien le ha dado nombre y hasta hoy continúa siendo su propietaria.
El viejo monasterio español, situado en Dixie Hwy, en North Miami Beach, está abierto al público diariamente previo pago de una entrada que oscila entre los cuatro y los ocho dólares. Dicha obra de arquitectura española, suele recibir eventos especiales además de los respectivos servicios religiosos.
Así que si quiere disfrutar de historia del siglo XII, piénselo nuevamente y no gaste tanto dinero en un boleto de avión. Puede que estas maravillas de la historia estén a la vuelta de la esquina.
Con información de: La Vanguardia
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