Venezuela

Human Rights aseguró que esta es una semana compleja para Venezuela

La semana que ahora comienza va a ser muy interesante. El próximo sábado 23 de febrero debe entrar por diversos puntos la ayuda internacional al pueblo venezolano. En Cuba, al siguiente día, se votará un fraudulento referendo sobre un proyecto de “constitución” que pretende dejar a los sucesores de Raúl Castro un marco legal para […]

Por Allan Brito
Human Rights aseguró que esta es una semana compleja para Venezuela
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La semana que ahora comienza va a ser muy interesante. El próximo sábado 23 de febrero debe entrar por diversos puntos la ayuda internacional al pueblo venezolano. En Cuba, al siguiente día, se votará un fraudulento referendo sobre un proyecto de “constitución” que pretende dejar a los sucesores de Raúl Castro un marco legal para eternizar su régimen totalitario.

Pero en la medida en que Raúl Castro y la elite de poder cubana ven acercarse el colapso de Cubazuela, se tornan más nerviosos. Y el nerviosismo es mal consejero. Hace cometer errores.

Pese al esfuerzo por ocultarlo, en La Habana están conscientes de que a Maduro no le queda mucho más tiempo en el poder. Saben que después del derrumbe de Cubazuela, su principal enclave colonial en América del Sur, se conocerán los crímenes y actos de corrupción de los que son plenamente corresponsables las fuerzas cubanas de ocupación en Venezuela.

Por eso, no solo por el petróleo y el negocio del narcotráfico, le piden a Maduro ahogar en sangre el arribo de la ayuda internacional y la actual rebelión. Mala asesoría. Ese paso en falso puede garantizarle a Maduro y su claque, -al decir del asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton-, una jubilación en Guantánamo, si es que no termina en una tumba sin marca en algún lugar de Venezuela. Los expedientes judiciales están listos para ello.

Los tiempos han cambiado. También en Cuba, sí señor. En la isla el avance tecnológico rompió el monopolio estatal de los medios de desinformación. Hay millones de teléfonos celulares y prensa independiente, y los cubanos de a pie se enteran “de lo que no quieren que sepan” y se quejan, cada vez más en alta voz, en público.

El episodio del pueblo de Regla gritándole en su cara al presidente de Cuba “descarado” y “mentiroso”, y el hecho de que la dictadura tenga que hacer una propaganda delirante en favor del Sí en el referendo sobre el proyecto constitucional, sirven de termómetro para medir la temperatura que va tomando la caldera político-social cubana.

Raúl Castro está demasiado viejo y nunca fue de grandes luces. Cree que reprimiendo a unas decenas de activistas logrará infundir temor en millones de cubanos que rechazan su proyecto de constitución. No puede metabolizar la nueva realidad y sigue actuando de forma jurásica.

El impacto interno del show represivo montado con 200 esbirros de la seguridad el estado contra la sede de UNPACU y otras 13 viviendas de activistas, no ha cambiado la creciente disposición ciudadana a votar NO el próximo día 24 de febrero. Si con ello esperaba infundir temor en la población quizás logró exactamente lo contrario. Pero el impacto internacional de esa estúpida acción seguramente “sorprendió” al General.

El mundo se enteró, y no por Prensa Latina o Granma, sino por la prensa independiente, y el senador Marco Rubio de forma rápida y tajante anunció que “Vienen más sanciones contra el régimen” castrista. El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, el embajador de EE.UU. en la OEA Carlos Trujillo y la embajada estadounidense en La Habana, calificaron de “cobarde” el ataque a los indefensos activistas.

Paralelamente, Almagro, le dijo al diario español ABC que Cuba es responsable de represión y tortura en Venezuela, y los cubanos que cumplen esas funciones son financiados con lavado de dinero venezolano. El presidente de Colombia, Iván Duque, reveló que parte de las decisiones para el ataque terrorista del ELN en Bogotá, en el que murieron 22 jóvenes cadetes, se tomaron en La Habana, y volvió a exigirle al régimen castrista que entregue a esos asesinos que viven en Cuba protegidos por el régimen de Castro – Díaz Canel.

En la OEA, un panel de expertos concluyó que la nueva Constitución cubana es un ‘documento ideológico, no de Derecho’. En otras palabras: que no es una Constitución, sino un programa dogmático de carácter antidemocrático.

Todavía con Maduro en el Palacio de Miraflores la presión que comienza a ejercerse sobre el régimen totalitario de La Habana es la más fuerte que haya experimentado desde hace décadas. Bajo su lógica primitiva, eso los conduce a cometer mayores errores, tácticos y estratégicos. Veremos cuántos y cuáles comete en la semana que ahora se inicia.

 

Con información de nota de prensa

 

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