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La aterradora historia de Morella la mujer que estuvo secuestrada más de 3 décadas

Una mujer duró más de 30 años secuestrada por un hombre en un apartamento, cuando finalmente decidió escapar descubrió que había tres víctimas más cautivas, el portal Crónica Uno narró su historia. Redacción MiamiDiario La aterradora historia que Morella vivió durante más de tres décadas empezó el 23 de diciembre 1988, ese fatídico día, su novio, Mathías […]

Por Allan Brito
La aterradora historia de Morella la mujer que estuvo secuestrada más de 3 décadas
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Una mujer duró más de 30 años secuestrada por un hombre en un apartamento, cuando finalmente decidió escapar descubrió que había tres víctimas más cautivas, el portal Crónica Uno narró su historia.

Redacción MiamiDiario

La aterradora historia que Morella vivió durante más de tres décadas empezó el 23 de diciembre 1988, ese fatídico día, su novio, Mathías Enrique Salazar Moure, quien tenía 23 años, la secuestró. Primero le dijo que se fueran juntos porque su familia no lo quería, y en un terminal de buses, la amenazó de muerte.

De esa forma, Morella -quien tenía 18 años-terminó encerrada en un hotel -bajo amenaza de muerte- en la ciudad de Maracay, estado Aragua ubicada a 120 kilómetros de Caracas, la capital de Venezuela.

Al poco tiempo la llevó a otro hotel donde permaneció entre seis y ocho meses, luego la trasladó a una casa en una zona pobre y después a otra vivienda en otro sector.

Los últimos años que estuvo secuestrada, la mantuvo en un apartamento de un conjunto residencial donde no podía ver la luz del día, ni asomarse a la ventana, sólo podía oír radio y ver canales locales de televisión, describe Crónica Uno.

El apartamento no tenía focos de electricidad, por eso quedaba a oscura cuando anochecía, tenía cortinas gruesas y no podía hacer ruido, cuando los vecinos oían, el secuestrador decía que era la señora de limpieza.

El victimario no vivía con ella, y era conocido por los vecinos como “el gordo Mathías”, la visitaba para darle comida -siempre lo mismo: arroz, huevos o lentejas-, para violarla, amenazarla o golpearla salvajemente y no darle alimentos ni agua si no accedía tener relaciones sexuales con él.

Una historia de espanto

Morella se hizo novia de Mathías cuando tenía 17 años, su familia no lo quería porque era agresivo, un año después le propuso irse con él con excusa de “luchar por su amor”.

Oscar Hernández, sobrino de Morella, contó a Crónica Uno, “La golpeaba mucho, la amenazaba y la traumatizó tanto que ella tenía miedo de levantarse. En dos oportunidades él dejó unas llaves, que no eran las del apartamento, y ella intentó abrir la puerta, pero él al regresar se dio cuenta y las golpizas fueron brutales. Ella ya tenía miedo de hacer cualquier cosa y que él la matara”.

El 24 de enero de 2020 Morella, ya con 49 años, volvió a ver unas llaves en el apartamento mientras Mathías no estaba. Trató de abrir la cerradura y en esta ocasión la puerta se abrió y escapó.

Caminó durante dos horas, su meta era llegar al Instituto de La Mujer del estado Aragua, un organismo que presta ayuda a las féminas que son víctimas de violencia, conocía de su existencia por un programa de radio que oyó en una ocasión.

Llegó a la institución y narró su aterradora historia a dos funcionarias, quienes no creían lo que les contaba,sin embargo, otra trabajadora que escuchó el relato notó que estaba diciendo la verdad, y la llevó a su casa mientras remitía el caso al Ministerio Público.

Su madre nunca perdió la esperanza

La madre de Morella siempre creyó que su hija estaba viva, nunca se mudó con la esperanza que ella volviera a su casa. No obstante, la señora murió en 2012.

No obstante, su familia siguió buscándola y llevando el caso a los diferentes organismos de seguridad, la realidad era que conocían muy poco al novio de Morella, pero investigando consiguieron la dirección de la casa del gordo Mathías.

El “gordo Mathías” victimario de mujeres

Lo cierto era que en la comunidad donde vivía, los vecinos sabían que el “gordo Mathías” tenía a una mujer encerrada en su casa, pero nadie lo denunció, asevera Crónica Uno.

Se conoció que dos veces un vecino conversó con la policía porque la situación era muy extraña, pero al llegar al apartamento donde estaba Morella, ella desmentía lo que ocurría porque tenía miedo de que Mathías la golpeara.

Ese domingo 26 de enero de 2020 cuando la policía fue a la casa de la familia de Morella, ellos pensaron lo peor.

Oscar Hernández manifestó, “Me preguntaron si era familiar de la señora Morella y yo me asusté, pensé que me iban a decir que habían encontrado su cuerpo. Pero no fue así, estaba viva. Y el lunes la fuimos a buscar, fue un momento muy emotivo. Yo no conocía a mi tía, pero siempre se hablaba de ella”.

Qué ocurrió con el “gordo Mathías”

El victimario fue a la Fiscalía a denunciar que habían secuestrado a su esposa, y allí vio a Morella, la amenazó nuevamente, “¡Cuidado con lo que dices!”, narró Crónica Uno.

Morella gritó y la policía detuvo al agresor de 56 años.  En estos momentos está detenido y en 45 días tendrá su primera audiencia. Los delitos por lo que es acusado son: violencia sexual, esclavitud sexual, inducción al suicidio y violencia psicológica. Los exámenes practicados a la víctima, por orden de la fiscalía, confirmaron lo anterior.

Más secuestradas

Después que la familia de Morella divulgara el caso a través de las redes sociales, los vecinos informaron que sospechaban  que el “gordo Mathías” encerraba a mujeres. La policía descubrió otras tres mujeres secuestradas. Una de ella es su esposa, quien duró 32 años secuestrada en la casa materna de Mathías, la madre del individuo era su custodia, ahora está bajo investigación.

La segunda víctima la secuestró hace 23 años, cuando estuvo encerrada por Mathías quedó embarazada, su hija tiene 20 años, y es la tercera víctima del “gordo Mathías”. No la dejaba tener amigos, ni salir de su casa, la llevaba y la buscaba de la universidad, el victimario vivía con estas dos mujeres.

En la actualidad

Están tratando de que se adapte a una vida normal. Su sobrino comenta a Crónica Uno, “Nos pide permiso para todo, para sentarse, para asomarse a la ventana. No puede dormir bien, aunque poco a poco ha ido logrando hacerlo mejor. Mi tía quiere rehacer su vida, poco a poco vamos a ayudarla”.

Morella está en tratamiento con un equipo multidisciplinario de psicólogos y psiquiatras que están tratando de que se adapte a la cotidianidad.

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