Senadores de diferentes ciudades en el estado de Florida, en conjunto con varios ambientalistas han buscado la forma de eliminar por completo el uso de pajitas, también conocidos como pitillos o popotes, debido al alto grado de contaminación que estos pudiesen tener hacia el medio ambiente, principalmente en los océanos.
Por Redacción MiamiDiario
El cuidado del medio ambiente ha sido una de las grandes luchas a nivel mundial durante esta última década debido a los descuidos en distintas partes del planeta que han derivado en la extinción de especies animales y en bruscos cambios de temperatura que generan olas de calor o de frío sumamente fuertes.
Es por ello que en Florida se quiere dar un paso importante, de la mano del senador Kevin Rader, quien presentó una nueva ley para buscar la prohibición del uso de pajitas (o pitillos, según el nombre utilizado en distintos países hispanoamericanos) y también de bolsas plásticas en el estado, a propósito de la medida tomada por el gobernador Ron DeSantis, quien en su momento impidió que los condados prohibieran el uso de estos instrumentos.
El plástico, cuyo material en ocasiones es de un solo uso y posteriormente se bota la basura, ha contaminado durante años los océanos y mares en todo el mundo, debido a la falta de conciencia por parte de los ciudadanos, afectando principalmente a los animales marinos, mientras que dependiendo del lugar, otros como las aves, también pueden verse perjudicados.
Sin embargo, en Estados Unidos el uso de las pajitas ha pasado a otro nivel, debido a que el actual presidente Donald Trump y candidato a la reelección, ha estado vendiendo estos pitillos con su nombre, por lo que podría estar incitando aún más al uso de los mismos, considerado este punto por los ambientalistas como un acto imprudente. Estas cuentan con una dimensión de 9 pulgadas, costando $15 un paquete que incluye 10.
Un dato sumamente preocupante es el hecho de que en Estados Unidos, se estima según varios estudios que se utilicen un total de 500 millones de pajillas al día, teniendo en cuenta que de estas muchas no son biodegradables e incluso, al momento de hacer las limpiezas en las playas, este instrumento se ubica entre los cinco más recogidos, por lo que su desaparición del mercado debe ser rápido.
Por otro lado, anualmente son enviados cerca de ocho millones de toneladas de plástico al océano, sea de forma directa o indirecta, todos somos culpables de lo que está sucediendo, aunque para el Dr. Marcus Eriksen, perteneciente a 5 Gyres, organización encargada de reducir la contaminación causada por los plásticos, expresó que “las ciudades, comunidades y consumidores se están dando cuenta del daño causado por los plásticos desechables de un solo uso”.
Aunque las ciudades se unan a realizar cambios significativos, como el caso de Miami Beach, quien ya prohibió el uso de pajitas de plástico, las empresas mundiales de gran escala tienen prácticamente la obligación de meter su mano, por ejemplo: McDonald’s, el crucero Royal Caribbean y Starbucks se comprometieron a cambiar sus pajitas (pitillos), de plástico a papel, según informó Local 10.
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