Opinión

Alfonso Becker: No siempre se puede disimular en la guerra…

“ El engaño debe mantener su proporción frente a la verdad, ante las circunstancias, y respecto a los fines pretendidos” Jean Jacques Courtine Por Alfonso Becker Quizás lo más importante que el presidente ruso, Vladímir Putin, haya aprendido en sus años de espía soviético es que la base dialéctica de la mentira tiene un plano […]

Por Allan Brito
Alfonso Becker: No siempre se puede disimular en la guerra…
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“ El engaño debe mantener su proporción frente a la verdad, ante las circunstancias, y respecto a los fines pretendidos” Jean Jacques Courtine

Por Alfonso Becker

Quizás lo más importante que el presidente ruso, Vladímir Putin, haya aprendido en sus años de espía soviético es que la base dialéctica de la mentira tiene un plano espiritual de disimulo que determina el efecto político. Este grandioso personaje que ha dado Rusia para la política mundial, solo merece elogios incluso si fuese el más peligroso de los enemigos.

Las “jugadas” de Vladimir Putin en Ucrania quedarán en los libros de geopolítica para que los futuros servidores en la política exterior de sus países respectivos aprendan que las arquitecturas de seguridad en la Unión Europea no podrán construirse nunca sin que Moscú dé su visto bueno…

Ocultar a los ciudadanos rusos la verdad no es para el “gran jefe” del Kremlin una bellaquería como podría serlo para esa fuente de cinismo que subyace en el Democratic Party estadounidense, haciéndose pasar sus ilustres dirigentes y sus fanáticos militantes por “izquierda” política cuando todo el mundo sabe que fueron ellos, hace 200 años, los que acuñaron el lacónico aforismo de que “es conveniente ocultar la verdad al pueblo americano por su propio bien”…

Es verdad que para resolver esa incógnita política de hoy, que hace 3500 años era una simpleza de duda para los griegos de la Edad Oscura, hemos tenido que pasar por el padre de la Ciencia Política moderna, Niccolo Machiavelli, en el Renacimiento, y quinientos años después por los más grandes de la Filosofía Política norteamericana como el inolvidable profesor de la Universidad de Chicago, Leo Strauss David.

No extendiéndome mucho, debe conocer el lector que el pueblo no tiene derecho a conocer la verdad porque su naturaleza (la de la chusma) es mentir, amotinarse, robar en los supermercados, alterar el orden público, prenderle fuego a la ciudad y violar a las monjas de clausura por el morbo que despierta el ir desnudando a la religiosa y apartando las reliquias sagradas antes de meterle mano…

Todo lo que a usted le parece un sinsentido en la actuación de las masas como matar banqueros o asesinar a todos los abogados y millonarios del planeta, no son más que problemas gnoseológicos y epistemológicos para Ernst Cassirer, filósofo sueco de origen prusiano, en el sentido del idealismo crítico cuando estudias a la chusma y su forma primitiva y animal de discernir sobre su penosa existencia o sobre cualquier cosa de este mundo.

Desde el colapso del mundo micénico (1200 a. C.) ya se intuía -según el estadista del renacimiento italiano, Giovanni Botero- que el fin justifica los medios, pese a quien pese, y guste o no guste si el resultado es salvar a la república…

La perfecta rentabilidad de un método infalible…

En “Della Ragion di Stato” , el gran Giovanni Botero, da la razón póstuma a Nicolás Maquiavelo, e intenta ser un poco más “elegante” o “suave” indicando que da igual defender a la patria con gloria o con ignominia, como un santo o como un sanguinario salvaje; pues de cualquier manera estará defendida…

Efectivamente, el fin justifica los medios… y ahora el lector podrá entender que los servicios secretos saudíes hayan hecho lo que dicen sobre Yamal Ajmad Jashogyi sin la aprobación de Mohammed bin Salman, cuando todo el mundo sabe que Jashogyi era algo más que un periodista en la lucha a muerte por el poder en Riyadh…

No existe método más rentable que el asesinato político. Si no, pregúnteselo al actual presidente de Rusia y seamos realistas al comprender que la lucha por el “trono” deja muchos cadáveres en las alfombras. El emotivo saludo de entrañables colegas, Putin-Bin Salmam, lo dice todo en el espectáculo político de la cumbre G-20 en Buenos Aires.

Pero lo más importante que no debería olvidar el lector es que entre caballeros dedicados al noble arte del espionaje y del análisis de “inteligencia”, matar a los traidores y eliminar a los topos, solo es peccata minuta…

El ejemplo práctico de hoy sería: Si un payaso de la política al servicio de la mafia catalana quiere desintegrar la patria española, Giovanni Botero, sugeriría su asesinato inmediato y si su muerte puede traer problemas de orden público o escándalo mediático, el encarcelamiento es lo adecuado…

“Pero con el tiempo, la eliminación de un traidor notable no debe olvidarse, porque la sabiduría indica que, tarde o temprano, el que desaparezca físicamente el problema es lo más adecuado”…

Es decir, por aquellos tiempos se mataba al que comete traición; porque el traidor lo es, precisamente porque abandera y dirige a un grupo que socava los cimientos del Estado… Ahora lo más “humano” para los posmodernos es dejarlo vivo, encarcelarlo…

Craso error y extrema debilidad … porque, aún así, una violenta revuelta organizada por la mafia catalana parece difícil de tratar… Lo que quería decir Nicolás Maquiavelo es que a la mafia se le aplasta siempre sin contemplaciones…

Pero la pregunta del millón que se hace el Washington de hoy es ¿cómo se hace eso en una democracia del siglo XXI sin que provoque más disturbios? ¿Cómo puede encarcelar o matar a toda una tiranía como la de Nicolás Maduro, ejercida por asesinos narcotraficantes, si de Latinoamérica solo se salvan tres países y el resto son auténticas bandas del crimen organizado?

¿Por qué nadie protesta cuando la oposición rusa ve cómo encarcelan a los suyos o desaparecer en las sombras de la noche sus opositores políticos y son -en el mejor de los casos- asesinados? ¿Está España siendo un ejemplo clarísimo de ciertos intereses oscuros para que se desintegre la Unión Europea? ¿Estamos asistiendo al macabro fin de una vieja Europa de amanerados contables, notables incultos, posmodernos y antisemitas?

“Ante tanto asesino suelto, lo mejor es matar al demonio”…

Sirva esta introducción a modo de contractualismo determinado no solo por el “Leviatan” del insigne Thomas Hobbes of Malmesbury sino que habría que manejar con soltura para pensar en Venezuela y en cómo acabar con una banda de asesinos, mil veces más peligrosa que la de Al Capone…

Baste recordar que Washington ha negociado muchos asuntos turbios con Moscú… No se puede ocultar que la diplomacia sirve incluso para cambiar impresiones con el Diablo… Tampoco se debe olvidar que con habilidad, sagacidad y disimulo, el Príncipe de las Tinieblas se hizo con todo un imperio: el reino del pecado, de la mentira y del crimen…

Entiéndase lo de turbio en geopolítica como relaciones estratégicas de política exterior en busca de objetivos que beneficien a ambos socios. Vladímir Putin no es un angelito del Cielo, pero tampoco es el demonio y para colmo -además- se ofreció a colaborar en su día con el Pentágono en las tierras peligrosas habitadas por el Islam más asesino…

El presidente ruso lo hizo con extrema intensidad tras sustituir a Dmitri Medvédev en la presidencia. Moscú necesitaba ganancias de envergadura y la calderilla no podría solucionar sus problemas domésticos porque se le venía encima el gran desastre de la bajada fulgurante de precios en el gas y el petroleo que solo agravaría la crisis económica que arrastra desde hace años.

Las nuevas estrategias del petroleo, pues, ya no sirven como en décadas pasadas… Ahora, los mejores aliados del Kremlin no pueden ser otros que Saudi Arabia, Israel y Estados Unidos…

La Rusia mercenaria que nadie conoce…

Al Kremlin le venía de perlas recaudar por aquí y por allá con lo mejor que tiene: sus Fuerzas Armadas y sus herramientas bélicas como una suerte de “mercenario” estatal de cierto prestigio, y perfectamente capacitado para ello.

Moscú tiene un inmenso arsenal del siglo pasado con armas convencionales obsoletas para una guerra moderna del siglo XXI, pero en determinados escenarios es potencia guerrera contra la que ninguna república islámica y ningún reino mahometano podría competir en Oriente Medio y Vladímir Putin podía representar la llegada del “héroe” para la chusma islamista…

La gran oportunidad de una Siria destruida por completo había llegado para que Rusia pudiese restablecer la propiedad casi “privada” y de por vida de varias bases militares junto al histórico fondeadero naval mediterráneo de Tartus. Al Pentágono le venía de perlas para pode centrarse en la amenaza emergente en los mares de China…

Es evidente que Rusia está haciendo el trabajo “sucio” en África y Siria que difícilmente puede hacer la Unión Europea, posmoderna y hedonista, que pretende comprarlo todo con dinero, incluso la paz; y pretende hacerlo entre asesinos mahometanos con el cuchillo en la mano…

Algo realmente ridículo en los tiempos que vivimos. Tampoco quiere Bruselas pensar en guerras en el delicado momento de “cohesión” europea y con las reformas estructurales a implementar con cierta urgencia.

No pueden los burócratas acomodados de Bruselas porque los socios europeos no están preparados para combatir; bien por sus notables carencias militares o bien por el exiguo presupuesto destinados para sus ministerios de la defensa…

La bronca de Donald Trump para que los socios europeos aumenten al 2% del PIB en Defensa, ni siquiera ha provocado sonrojo sino desprecio a los Estados Unidos… Y Washington, que casi llega al 10% del PIB en gasto militar para 2018, ya dejó bien claro tras la última guerra del Golfo Pérsico que el que quisiera beneficios, de entre la coalición occidental o al menos cubrir gastos en una expedición militar, debería ganárselos en el Oriente Próximo…

Solo la Francia de François Hollande dio un paso al frente “encargándose” ella solita, de todo el Sahel africano con alguna ayuda miserable de Alemania y algunos transportes aéreos de España y Rusia… Pero fueron los “Antonov” del Kremlin los que realmente colocaron el hardware militar francés en el suelo de la república de Malí.

La escenificación de una nueva guerra fría entre Washington-Moscú es el espectáculo indispensable para que las grandes mentiras lleguen a la ciudadanía en tiempos de guerras que ya han dejado de ser “grandes y espectaculares” acontecimientos para convertirse en conflictos interminables y aburridos destinados a destruir a la violenta y cruel basura mahometana…

Todo preparado para destruir a los persas…

Cómo se hace eso ahora? La respuesta es bien sencilla haciendo ver al moro todo al revés… Si leen la prensa musulmana verán que Damasco y Teherán creen que Rusia es su entrañable aliado contra Estados Unidos e Israel…

Para poner en escena este gran teatro del mundo, la llamada verdad política debe seguir siendo, como cualquier otro patrimonio en las democracias liberales, una propiedad privada de los políticos y del Estado…

Así pensaba el gran Benjamín Disraeli al servicio de la reina Victoria del Reino Unido. Del archifamoso lord Beaconsfield es la frase:

“solo el gentleman sabe, por su propia condición y educación, cuando conviene decir la verdad o cuando hay que callarla en política; o al menos disfrazarla”…

Solo tienen que comprobar los lectores de qué pasta están hechos los “opinadores” de la chusma para comprender que las élites saben -desde su educación primaria- que “la masa es crédula, fanática, violenta y miente, por tanto puede y debe ser engañada hasta la saciedad y sin ningún remordimiento político”.

Porque la mentira es el elemento natural de los incultos, es como el aire viciado que respiran, con título de periodismo que fueron ideados para desgraciados de la periferia social. Es la única manera que existe para que los anti-monárquicos, los antijudíos, los que odian a los banqueros, a los empresarios de éxito, “sean gobernados con éxito, por su propio bien con la mentira”…

Y así, dejarlos que se mueran de odio y envidia mientras los piojos se lo comen… Los textos victorianos que manejaba Disraeli son -sin lugar a dudas- obras de arte en la filosofía política que todos los estadistas manejan…

Se pueden hacer una idea de las mentiras desplegadas en Siria mientras desaparece para siempre la “Gran Siria” y el Gobierno de Bashar al-Assad… El monopolio de la verdad lo tienen las agencias de inteligencia militar de Washington y de Moscú mientras los terroristas mahometanos “comulgan” con las mentiras desplegadas por las dos potencias asociadas en el tablero de guerra sirio…

Así se matan muchos pájaros de un tiro, en Ucrania o en el Pacífico; pero sobre todo en Middle East donde los moros recuerdan y añoran a los soviéticos como el contrapeso contra los yankees; y ahora a los rusos de Putin como la única oportunidad que tiene el Islam para destruir al “gran satán” y a Israel…

Si observa el tablero mundial se trata de dar una “lección inolvidable” a los persas…

Es un complejo tablero de guerra, conocido por los expertos como una suerte de juego de la oca en el reino de las mentiras… Un teatro de operaciones militares donde los rusos “analógicos” se desenvuelven perfectamente entre las grandes potencias “digitales” que no intervienen.

Solo se estudian con gran detenimiento. Los estrategas militares de China y de Estados Unidos llevan a cabo este juego mientras Rusia y los aliados de Washington van configurando el nuevo mapa del Medio Oriente Ampliado…

Una intervención rusa diseñada para “desintegrar” estados gamberros y poderosos actores no estatales del islamismo más asesino y peligroso, previo desgaste económico y militar de los “santos” guerreros de la Yihad mundial…

Por una parte, Moscú cohesiona a su gente en torno a la idea “patriótica” moscovita de luchar contra el terror mahometano que seguirá creciendo y actuando peligrosamente en Rusia si no lo “machaca” el Kremlin, previamente, en Siria…

Pero también tiene un serio inconveniente: al igual que en Europa, los asesinos de la Yihad siguen volviendo por miles a Rusia y se espera lo peor.
Todas las tácticas y estrategias son confusas y cambiantes. Sería de ingenuos no entender que Siria ha sido totalmente destruida gracias a la mentira geopolítica…

Ese arte milenario, dotado de mayor precisión y rigor en este comienzo de siglo, es ya un manual de dominio indispensable para desenvolverse en la sociedad del espectáculo político que ha llegado con una fuerza arrasadora a sustituir a las grandes representaciones religiosas…

Esto define filosóficamente que la sociedad occidental ha alcanzado las cotas más altas del espectáculo, mientras moros y persas están aún anclados en la Edad Media… El arte sabio y sutil de la mentira gana todas las guerras.

No se equivoque… Estados Unidos ya está en alerta de guerra total

Donald Trump ha ido de viaje a todas las cumbres para mostrar el poderío de las alianzas a la envalentonada China… Pero sobre todo para tranquilizar a los aliados de Asia-Pacífico. Estados Unidos no está en decadencia, no más que cualquier otro país… Ninguna nación en “declive” se atrevería a enfrentar a la poderosa China o a empujarla contra la pared… Washington y a lo hace…

Está previsto, a la vez, destruir Irán darle una última oportunidad a Kim Jong un antes de matarlo junto a sus bombitas atómicas… Eso lo saben todos los políticos del mundo menos los mahometanos… Solo Saudi Arabia intuye que comienza la fiesta…

Todo eso no suele afrontarlo una potencia en declive…

Ha tenido que llegar el presidente americano más “odiado” por la chusma desinformada para cohesionar a Occidente, aliarse con la mayoría árabe sunní, y sobre todo para escenificar, hace poco, en Vietnam que quiere a Vladímir Putin a su lado en un mundo violento y rodeados de gente mahometana pícara y asesina que busca pelea… “We’ve seen this movie before, and it doesn’t end well”… Tal como suena en los Estados Unidos…

Todo esto nos hace recordar películas que no terminan bien. Hace casi un año que Donald Trump lo viene diciendo, no solo a sus votantes, no solo al Congreso de los Estados Unidos sino a todos los políticos estadounidenses y europeos: El peor aliado para la guerra, supuestamente Rusia, resulta ser el más capacitado para luchar, codo con codo, junto al Pentágono.

¿Es normal que dos potencias asociadas y ganadoras de la Segunda Guerra Mundial pierdan tanto tiempo y dinero en ponerse zancadillas? Sería mejor aprovechar el dinero de los recursos militares en aligerar la carga económica y dirigir los recursos a remozar las sociedades occidentales y a sus sufridos trabajadores…

¿No es mejor procurar que los ciudadanos rusos, estadounidenses y los europeos sean más felices? Ya solo queda pensar como piensan los “sabios” de Washington: que la nueva versión de guerra fría es un ardid demasiado tonto y simplista para engañar…

Puedes engañar a un fanático mahometano o a un asesino persa; pero a los chinos no lo engaña nadie… y ellos son el verdadero peligro para Rusia y Estados Unidos.

Donald Trump no tiene por qué reunirse con Vladimir Putin para recordarle que hacer “putadas” a los Estados Unidos no es bueno para Rusia… “These stories never have a good ending”…

Rusia es el más valioso aliado de Israel y de los Estados Unidos en el campo de batalla mahometano.

Los policymaker de Beltway sugieren, en su gran mayoría, que tratar de encubrir con astucia el papel del Kremlin en Oriente Medios es una pérdida de tiempo cuando lo que se avecina es un cataclismo. No siempre se puede disimular en la guerra…

Machacar a los persas es hoy el trabajo previo a plantar cara a la China de Xi Jinping.

 

 

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