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Polvo del Sahara se suma a la temporada de huracanes y podría afectar su potencia

Los expertos coinciden en que todo dependerá de la densidad de las partículas.

Por Adayris Castillo
Polvo del Sahara se suma a la temporada de huracanes y podría afectar su potencia
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La temporada de huracanes en el Atlántico comenzará el sábado 1 de junio y se mantendrá hasta el 30 de noviembre. Durante este período, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) cree que las actividades serán mucho más severas que las registradas en años anteriores. Paralelamente, el polvo del Sahara también será parte de los fenómenos que incidirán en los cambios climáticos.

Según las previsiones, es posible que ocurran 17 a 25 tormentas con vientos de 39 mph o más. De las cuales al menos 8 y 13 de ellas podrían convertirse en huracanes, todo esto mientras el polvo del Sahara se mueve a través de las aguas del Atlántico. ¿Pero qué significa la llegada de este último fenómeno?

Durante esta época, específicamente en el sur del desierto del área del Sahel, inician las tormentas eléctricas que hacen recorridos hacia el Atlántico. Las ventiscas no siempre se mantienen y sufren desmoronamiento, lo que significa que el viento generado recoge polvo y lo lanza a la atmósfera.

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Una vez que este proceso ocurre, las brisas de niveles superiores recogen las partículas y viajan distancias largas. Según el doctor e investigador de la NASA, Kirt Knobelspiesse, este fenómeno llega al Caribe hasta la cuenca del Amazonas e interactúa con la formación de nubes.

¿Es bueno o malo el polvo del Sahara?

No hay una definición clara para ello. Knobelspiesse, quien también es oceanógrafo, detalló que el polvo tiene un impacto durante el período de huracanes. Sin embargo y a pesar de tener una tecnología avanzada, es incierto determinar la importancia de su papel en la formación de tormentas y ciclones.

El especialista cree que a través del satélite PACE, diseñado para recopilar datos sobre los aerosoles, las nubes y el ecosistema oceánico, es posible analizar este fenómeno.

“Hemos diseñado sensores que serán muy buenos, incluso para medir el polvo del Sahara. Así tendremos la capacidad de comprender mejor esa relación y el rol que puede desempeñar en los huracanes”, apuntó el investigador.

Hasta los momentos, los expertos coinciden en que el polvo del Sahara de alguna manera evita que las ondas tropicales se fortalezcan. No obstante, esto es posible solo y si hay demasiadas partículas en la atmósfera.

Imagen satelital tomada por National Weather Service. Foto: Cortesía National Geographic.

¿Puede evitar los huracanes?

Aún no está claro sobre si existe alguna posibilidad. Sin embargo, Knobelspiesse cree que si un huracán ya está formado y se mueve hacia un ambiente con polvo, las partículas comenzarán a debilitar la tormenta a medida que el aire seco se enrede en el sistema.

El polvo sahariano tiene la capacidad de crear una capa en la atmósfera, lo que hace que el aire húmedo  que normalmente se eleva durante las tormentas, no cumpla su proceso. Por ende, tapa el ciclo de formación y de alguna manera las tormentas luchan por formarse.

Este particular fenómeno también sirve para mantener el aire unos grados mucho más frío y si se trata de un polvo espeso y constante la temperatura de la superficie del océano puede enfriarse.

La densidad del polvo del Sahara puede incidir en la formación de tormentas. Foto: ADN Cuba.

A pesar de esto, es preciso destacar que todo cambio climático de alguna manera afecta negativamente a los seres humanos. Mientras más denso sea el polvo del Sahara en el ambiente, es probable que se genere una capa tóxica.

En ella, las personas con enfermedades respiratorias pueden sufrir infecciones o complicaciones. Además, es un fenómeno que da paso al desarrollo de alergias, problemas cutáneos, oculares e irritación.

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