Las personas que beben una pequeña cantidad de vino con regularidad, especialmente si la acompañan con alimentos, tienen un 30% menos de riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Tomar una copa de vino incrementa la producción de endorfinas, te mantiene mentalmente ágil.
La presencia de antioxidantes contribuye a prevenir patologías cardiovasculares, ayudan con los niveles de colesterol bueno y causa un efecto protector de las arterias.
Criterio médico
Miguel Ángel Martínez González, es uno de los investigadores más reconocidos mundialmente en el campo de la nutrición y la medicina preventiva y coincide con otros científicos de prestigio.
Aseguran que incluir una copa o dos de vino diarias dentro de la dieta mediterránea, debido a sus componentes antiinflamatorios, proporciona virtudes cardiovasculares.
El vino
Es un alimento complejo con multitud de sustancias diluidas en aproximadamente 14 partes de alcohol por 86 de agua.
Entre estas sustancias destacan los polifenoles, antioxidantes naturales que se cree que pueden intervenir en la fijación de los radicales libres del colesterol malo.
Impide su absorción intestinal y con ello su paso a la sangre, donde así se evita que se acumule en las arterias.
Según un estudio llevado a cabo en la Universidad de California, con el consumo de vino podemos llegar a liberar endorfinas, relajamos más del momento y disfrutamos.
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