En el sur de Florida esta sufriendo por una plaga de iguanas verdes, que fomentan a la erosión del suelo y contribuye a la desaparición de especies en peligro de extinción. Las autoridades exhortan a la población a liquidar a estos reptiles.
Por Redacción MiamiDiario
La Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC), declaró temporada de caza de iguanas y alentó a la población a exterminarlas cuando las encuentren dentro de su propiedad. Pues estos repíteles se han sobre producido por las calidad temperaturas en el estado, reportó wsoctv.
Los biólogos desconocen el número exacto de esta especie pero les preocupa la repercusión negativa al ecosistema, pues estos animales contribuyen a “la erosión y la degradación infraestructuras como las de control de agua, riveras de los canales y cimientos de edificios”.
El biólogo Dan Quinn declaró que entre el comportamiento de las iguanas se encuentra escavar túneles hasta de 25 metros para crear sus madrigueras, llegando a destruir jardines y plantas ornamentales, incluyendo las que se encuentran en peligro de extinción, además que pueden ser vectores de salmonera.
Cabe recordar que las iguanas son originarias de centro América, sur América y zonas del Caribe, por lo que no son especies endémicas de los Estados Unidos y la presencia de estos animales pueden generar desequilibrios ecológicos, por lo que es fundamental controlar su población
En base a ello, varios cazadores profesionales han estado ofreciendo sus servicios para controlar la plaga de iguanas verdes en las propiedades de los ciudadanos del sur de florida, llegando a cobrar 50 dólares por presa o un salario diario.
Joseph Wasilewski, científico de “Croc Docs” de la Universidad de Florida, el cambio climático está ayudando la proliferación de esta especie, pues “Está calentando las cosas y permitiéndoles ir más al norte”.
José González inicio una compañía en el condado de Palm Beach durante el año pasado, llamada “Iguana Police” para contribuir en el control de la población de este reptil. Él asegura que: “Los números son cada vez más altos y las iguanas se hacen más grandes”.
También admite que siente algo de remordimiento al dispararles y añade “Pero son una molestia. Realmente no son diferentes a una rata en ese sentido. Crean daños, propagan enfermedades y son invasivos”.
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