Carlos Escaffi Rubio: Perú un Estado de Emergencia con ansiedad e incertidumbre pero también con optimismo

La administración del presidente Vizcarra, la noche del domingo 15, a través de un mensaje a la Nación, declaró el Estado de Emergencia Nacional y aislamiento social obligatorio por 15 días.

Por Carlos Escaffi Rubio (*)

Una medida bastante dura para la actividad económica y productividad del país, sobre todo cuando el nivel de informalidad laboral durante el 2019 estuvo sobre el 70%.

La medida, consecuencia del crecimiento exponencial de casos del COVID-19 Coronavirus_ recordemos que a la emisión de esta nota se registraban oficialmente 127 casos confirmados_ motivó la promulgación de un decreto supremo que, si bien garantiza el abastecimiento de alimentos, medicinas, así como la continuidad de los servicios de agua, saneamiento, energía eléctrica, gas, combustible, telecomunicaciones, limpieza, recojo de residuos sólidos, servicios funerarios y otros;  instruye a la Policía Nacional y Fuerzas Armadas para que adopten medidas para garantizar los servicios públicos. Durante el Estado de Emergencia, quedaron restringidos los derechos constitucionales relativos a la libertad y la seguridad personales, la inviolabilidad del domicilio, y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio nacional.

Dentro de las excepciones que se establecen, amerita señalar que las personas únicamente pueden circular por las vías de uso público para la prestación y acceso a servicios y bienes esenciales como la adquisición, producción y abastecimiento de alimentos, lo que incluye su almacenamiento y distribución para la venta al público, adquisición, producción y abastecimiento de productos farmacéuticos y de primera necesidad, asistencia a centros, servicios y establecimientos de salud, así como centros de diagnóstico, en casos de emergencias, retorno al lugar de residencia habitual, asistencia y cuidado a personas adultas mayores, niñas, niños, adolescentes, dependientes, personas con discapacidad o personas en situación de vulnerabilidad, entidades financieras, seguros y pensiones, así como los servicios complementarios y conexos que garanticen su adecuado funcionamiento; de igual forma la producción, almacenamiento, transporte, distribución y venta de combustible y medios de comunicación y centrales de atención telefónica.

Un tema que no pasó inadvertido, fue el cierre de fronteras, en virtud de lo cual queda suspendido el transporte internacional de pasajeros, por medio terrestre, aéreo, marítimo y fluvial. Dicha medida entró en vigor desde las 23:59 horas del lunes, 16 de marzo de 2020.

Así las cosas y las eventuales repercusiones de las medidas en cuestión, como por ejemplo, que el PBI peruano sea cercano a 0%, sumado a los estados anímicos generados como incertidumbre y ansiedad, Perú sabrá lidiar con esto gracias a su gente, su gran optimismo, voluntad y fuerza de los peruanos que ya se puso a prueba en condiciones extremadamente duras y adversas en los 80 y 90, donde además de ser atacados por enfermedades bacterianas como el Tifus, el Vibrio cholerae y  TBC, tenían que luchar cotidianamente con el terrorismo y ver cómo éste socavaba las bases más sensibles y profundas de su identidad.

(*) Gerente general de IMAGINACCION Perú, docente PUCP.

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