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Dos atletas mostraron el verdadero espíritu de deportividad en Tokio 2020

Uno de los principios que tienen los Juegos Olímpicos, es el espíritu de deportividad que   deben tener los atletas en la competencia y eso quedó evidenciado el domingo, en la prueba de salto alto masculino El italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Barshim  habían quedado empatados en la prueba del salto alto, que se […]

Por Allan Brito
Dos atletas mostraron el verdadero espíritu de deportividad en Tokio 2020
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Uno de los principios que tienen los Juegos Olímpicos, es el espíritu de deportividad que   deben tener los atletas en la competencia y eso quedó evidenciado el domingo, en la prueba de salto alto masculino

El italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Barshim  habían quedado empatados en la prueba del salto alto, que se llevó a cabo en el estadio olímpico de Tokio.

Ambos atletas completaron sin problemas un salto de 2,37 metros (7 pies, 9¼ pulgadas) . Luego  los dos  intentaron un salto de 2,39 metros, pero ninguno lo pudo hacer después de tres intentos cada uno.

De acuerdo con las reglas, ambos atletas  podrían  dirimir la competencia siguiendo saltando o  compartir el oro.

 

Atletas preguntaron si se podía tener dos oros

Barshi, le preguntó al juez si ambos podían compartir  la medalla de oro,  o si  tenían que seguir saltando.

“Lo miro, él me mira y lo sabemos. Simplemente nos miramos y sabemos, eso es todo, está hecho. No hay necesidad”, dijo Barshim.

El video del abrazo se hizo viral en las redes sociales y la cantidad de mensajes que  tuvieron los dos atletas  eran incalculables.

Una amistad fuera de la pista

Tamberti y Barshim tienen una amistad  que data del 2010, cuando  compitieron en un campeonato que se desarrolló en Canadá.

“Es uno de mis mejores amigos, no solo en la pista, sino fuera de la pista”, dijo Tamberti.

Ambos indicaron que esto era un sueño que tenían los dos, desde que estaban en los eventos internacionales.

Además, que catalogaron el gesto como el verdadero espíritu que se debe transmitir en una competición de esta magnitud.

“Este es un sueño hecho realidad. Es el verdadero espíritu, el espíritu deportista, y estamos aquí transmitiendo este mensaje”.

La medalla de bronce le perteneció al bielorruro, Maksim  Nedasekau.

 

 

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