Opinión

Eduardo Montalvo: Peloteros sin pelotas

El deporte que más me gusta a mí es el Baseball. Desde temprana edad lo jugaba con chapitas de refresco y un palo de escoba o con una pelota de goma; cualquier lugar y cualquier momento eran buenos para jugar una partidita de pelota con mis amigos. Por Eduardo Montalvo Recuerdo muy bien cuando compré […]

Por Allan Brito
Eduardo Montalvo: Peloteros sin pelotas
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El deporte que más me gusta a mí es el Baseball. Desde temprana edad lo jugaba con chapitas de refresco y un palo de escoba o con una pelota de goma; cualquier lugar y cualquier momento eran buenos para jugar una partidita de pelota con mis amigos.

Por Eduardo Montalvo

Recuerdo muy bien cuando compré mi primer guante y todo lo que tuve que hacer para poder “amansarlo”; también recuerdo cómo reparaba mis bates con cinta adhesiva para prolongar su vida útil. Igualmente, lo hacía con las pelotas de “Spalding” gastadas de tanto jugar con ellas.

Yo no me perdía una sola Serie Mundial por TV, primero en blanco y negro, y luego con “la magia del color”. Con la anuencia y complicidad de mi papá me quedaba despierto hasta tarde para ver los juegos de Serie Mundial, aunque tuviera clases al siguiente día.

Durante muchos años fui fanático de los Yankees, pero ya de adulto me cambié a los Giants, quienes me dieron grandes satisfacciones.

Pero, lamentablemente, estos gratos recuerdos han sido mancillados para siempre por la intromisión de la vil politiquería de la Izquierda en el Baseball Profesional.

Acabamos de ver cómo, los peloteros de Grandes Ligas se han sometido sumisos al yugo de Black  Lives Matter  y, al postrarse de rodillas, han perdido el respeto de la fanaticada americana.

Resulta inconcebible que la Major League Baseball se haya doblegado ante una causa tan descaradamente comunista y anti-americana.

Yo me despido del Baseball Profesional, esperanzado de que esta despedida no sea un “adiós”, sino un “hasta luego”. De las futuras decisiones de los directivos la MLB depende mi retorno como fanático.

Estamos enfrentando una guerra sucia y ruin en todos los frentes, y los deportes son una de las bajas más notorias. Sin deportes no hay esparcimiento ni diversión para un gran sector de la población. Sin deportes nuestra juventud es más propensa al vicio y al ocio. Sin ellos, incontables negocios relacionados con la práctica deportiva dejan de existir, y así perdemos una parte importante de nuestras vidas.

¿Hasta cuándo vamos a tolerar que se nos despoje de lo que es nuestro? ¿Hasta cuándo vamos a seguir resistiendo pasivamente el acoso a nuestro modo de vivir?

Nosotros, los ciudadanos de bien, los que trabajamos y pagamos impuestos, quienes nos preocupamos por brindarles una buena educación a nuestros hijos y que amamos a nuestras familias tenemos que dejar de ser la “Mayoría Silenciosa” y convertirnos en una mayoría que protesta en las calles, en los medios sociales, ante los funcionarios electos a todo nivel, y que pelea por sus derechos en las Cortes.

¡Ya basta de ser acomodaticios y tolerantes! NO podemos seguir creyendo que todo este desastre va a pasar y que todo va a volver a la normalidad. Los comunistas llegaron para quedarse y sólo con nuestra decidida contraofensiva vamos a poder ponerles un alto.

¡No seamos como los peloteros sin pelotas del Baseball de Grandes Ligas!

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