Kentucky aprueba ley antitrans a pesar del rechazo de su gobernador

La aprobación de la ley 150 en Kentucky que restringe los derechos de las personas transgénero ha generado controversia en todo el país. A pesar del veto del gobernador demócrata Andy Beshear, la normativa prohíbe que los menores de 18 años puedan acceder a tratamientos de cambio de género. De igual forma, limita el uso de baños en los colegios, entre otras medidas.

Esta ley se une a otras similares aprobadas en estados conservadores como Georgia, Arkansas y Mississippi. Los republicanos argumentan que estas medidas están destinadas a proteger a los niños y a dar más control a los padres sobre la educación de sus hijos.

Por otro lado, los demócratas y activistas por los derechos de las personas transgénero aseguran que estas leyes son discriminatorias y violan la Constitución.

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El gobernador del estado, Andy Beshear, se opuso totalmente a la ley, asegurando que el Gobierno tendrá demasiada interferencia en temas de atención médica personal, además aseguró que elimina la libertad de los padres para tomar decisiones médicas por sus hijos. Asimismo, advirtió que como resultado podría aumentar el índice de suicidio.

“Mi fe me enseña que todos los niños son hijos de Dios y el proyecto de ley 150 del Senado pondrá en peligro a los niños de Kentucky”, indicó.

Organizaciones humanitarias en contra de la normativa

La organización Human Rights Campaign ha registrado más de 190 leyes discriminativas contra las personas trans en todo el país durante este año. El organismos considera que estas medidas son una respuesta al avance de los derechos LGBTQ+ durante la administración de Barack Obama y al apoyo del actual presidente Joe Biden a esta comunidad.

La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) define el término transgénero como aquellos individuos cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer. La APA señala que estos ciudadanos pueden experimentar incongruencia o malestar con su sexo asignado al nacer.

Los tratamientos médicos para el cambio de género, como la terapia hormonal, los bloqueadores de la pubertad y la cirugía, son necesarios para alinear el cuerpo con la identidad de género y reducir el malestar causado por la disforia de género. Sin embargo, estas opciones no están disponibles para todas las personas transgénero debido a las barreras legales, económicas y sociales que existen.

La negación o el retraso de estos tratamientos puede tener consecuencias negativas para la salud y el desarrollo de los adolescentes trans. Entre los riesgos comunes se incluye un mayor riesgo de depresión, ansiedad, autolesiones y suicidio. Por estas razones, la APA se opone a cualquier ley o política que restrinja el acceso a los tratamientos médicos para el cambio de género.