OMS pidió no utilizar endulzantes por su alto riesgo a la salud

Los edulcorantes artificiales son sustancias que se utilizan para endulzar alimentos y bebidas sin aportar calorías ni azúcar. Muchas personas los consumen con la idea de que les ayudarán a perder peso o a prevenir enfermedades como la diabetes o el cáncer.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una nueva guía en la que advierte que no hay evidencia suficiente que estos productos tengan beneficios para la salud a largo plazo y que podrían tener efectos adversos.

Según la OMS, los endulzantes artificiales no son factores dietéticos esenciales y no tienen valor nutricional. Además, no ayudan a controlar el peso corporal ni a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Por el contrario, su consumo prolongado podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura en adultos.

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La OMS recomienda reducir el consumo de endulzantes artificiales, de alimentos y bebidas que los contengan, como los refrescos light o cero. En su lugar, sugiere consumir comidas y bebidas con azúcares naturales, como las frutas, o sin azúcar en su totalidad. También aconseja eliminar el dulzor de la dieta desde edades tempranas para mejorar la salud y prevenir enfermedades.

Los endulzantes artificiales más comunes son la sacarina, la sucralosa, el aspartamo, el acesulfamo K y la estevia. Estos productos se pueden encontrar en forma de gotas, pastillas, polvos o líquidos y se pueden añadir al café, al té, a los cereales o a los postres. También se pueden encontrar en alimentos y bebidas procesados, como los yogures, las galletas, los helados o las bebidas energéticas.

La organización basa su guía en una revisión de más de 300 estudios científicos que analizaron los efectos de los endulzantes artificiales en adultos, niños y mujeres embarazadas. La evidencia disponible aún es limitada, por lo que se seguirán con las investigaciones para confirmar los posibles beneficios y riesgos de estos productos.

Lo más importante para estar saludables es seguir una alimentación equilibrada y variada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas. También es fundamental beber agua suficiente, hacer ejercicio físico regularmente y evitar el tabaco y el alcohol.