Las series basadas en historias reales tienen una magia especial para capturar a la audiencia. Después de cada episodio es casi inevitable que se active ese afán detectivesco que nos lleva a investigar cada detalle de los personajes, locaciones y situaciones. Lo cierto es que queremos saber qué tanto hay de realidad o ficción en lo que vemos en pantalla y la recién estrenada Griselda, de Netflix, causa justo eso.
Ya pasamos el asombro de ver a Sofía Vergara transformada y haciendo magistralmente un rol de drama, como nunca antes. Ahora queremos más y entre eso, es saber la historia detrás de algunos de los personajes. Amílcar es uno de ellos, el esquivo jefe de la cocaína en Miami durante la época.
No fue fácil para la protagonista entrar a este mundo dominado por hombres y según lo que se ve en la serie, Amílcar no se lo hizo nada fácil. Sin embargo, la colombiana logró escalar sin descansar hasta ganarse su confianza. No sin cometer delitos peores que el narcotráfico en su intento.
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Luego de una serie de eventos la “Madrina de la cocaína” logró tomar el lugar de este hombre. Desde entonces se convirtió en una de las delincuentes más sanguinarias de la historia.
Griselda en ficción y realidad. Foto Cinema
Incluso, hay una célebre frase de Pablo Escobar donde asegura que al único hombre que le temió en la vida fue una mujer y se llamaba Griselda Blanco.
Como la idea no es hacer ‘spoilers’ de la serie (sí, sabemos que es una historia real y conocida), en este artículo queremos enfocarnos en el siniestro personaje. Interpretado por el actor José Zúñiga, es un importante distribuidor de drogas, pero ¿a quién era en la vida real?
Amílcar es interpretado por el actor hondureño José Zúñiga. Foto MagElComercio
Amílcar… un capo de cuidado
En la serie biográfica este personaje se presenta como un influyente capo de la droga, que opera en Miami con total impunidad. Muestran que tiene una amplia red de contactos leales y tiene el control del territorio para la venta de sustancias ilícitas al sur de Florida.
En la vida real, Amílcar era el apodo de un peligroso narcotraficante venezolano llamado Rafael León Rodríguez. En su país natal era hijo de un policía, de quien aprendió todo lo necesario sobre las armas, antes de convertirse en sicario.
El sicario aprendió todo sobre arma de su padre policía. Foto The Envoy Web
A “Rafo” Rodríguez se le atribuyen más de 50 asesinatos, pero en un principio las autoridades no lograban demostrar su culpabilidad. Aún con las grandes sospechas en su contra, la evidencia lo favoreció por años, impidiendo que fuese procesado.
En la serie de Netflix muestran una versión en la que una huella dactilar lo compromete. Sin embargo, otros reportes indicaron que fue Baruch Vega, un fotógrafo encubierto quien lo delató. Contó a las autoridades cómo lo escuchó narrar el asesinato de un exaliado y testificó en su contra revelando cada detalle.
La caída del capo
Amílcar también estuvo supuestamente involucrado en la muerte de cuatro policías venezolanos. En el momento de su arresto, era multimillonario.
El hombre también alquilaba apartamentos elegantes en direcciones prestigiosas como Brickell Bay Club y Four Ambassadors.
Su arresto se logró el 16 de diciembre de 1981 luego de un tiroteo entre él y un grupo de oficiales que incluía agentes locales, estatales y federales. Tras quedar bajo custodia fue sentenciado a cadena perpetua por un cargo de intento de asesinato en primer grado y un cargo de asesinato en segundo grado en 1985.
El peligroso narcotraficante finalmente murió en prisión en 1997 a la edad de 51 años.
El punto de encuentro entre este capo y Griselda era el Hotel Mutiny en S Bayshore Dr., un centro de reunión donde hacían sus negocios los infames narcotraficantes en la ciudad.
El hotel era el lugar de encuentro para narcotraficantes. Foto Booking
