Destacado, Farándula

Razones por las que cada vez hay más mujeres bisexuales

Algunos patrones sorprendentes han salido a relucir por parte de diferentes institutos sociales que miden la orientación sexual de las personas: uno de los que más llama la atención es la bisexualidad. El Político Históricamente, la sexualidad de las mujeres ha sido vigilada, negada y demonizada de maneras muy particulares. El lesbianismo ha sido atacado […]

Por Allan Brito
Razones por las que cada vez hay más mujeres bisexuales
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Algunos patrones sorprendentes han salido a relucir por parte de diferentes institutos sociales que miden la orientación sexual de las personas: uno de los que más llama la atención es la bisexualidad.

El Político

Históricamente, la sexualidad de las mujeres ha sido vigilada, negada y demonizada de maneras muy particulares. El lesbianismo ha sido atacado como una raza más peligrosa y esto quizás pueda empezar a explicar por qué las mujeres pueden ser más propensas a identificarse como bisexuales.

Algunas investigaciones sobre la sexualidad de las mujeres también han sugerido que las mujeres adoptan un enfoque más fluido de sus relaciones que los hombres.

Datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales identidades sexuales en el Reino Unido en 2016 arrojaban que El número de jóvenes que se identifican como bisexuales aparentemente ha aumentado en un 45% en los últimos tres años. Las mujeres tienen más probabilidades de identificarse como bisexuales (0,8%) que como lesbianas (0,7%).

 Mientras que los hombres tienen más probabilidades de declararse homosexuales (1,6%) que bisexuales (0,5%).  

Por su parte, el número de estadounidenses que se identifican como bisexuales también va en aumento. Según datos publicados de la Encuesta social general (GSS) de 2018, una encuesta representativa a nivel nacional de personas en el país norteamericano recopilada cada dos años, más del 3% de los adultos estadounidenses dicen que son bisexuales.

Esto es un aumento de poco más del 1% en 2008. (El GSS permitió a las personas auto-clasificarse como “heterosexuales o heterosexuales”, “gay, lesbiana, homosexual”, “bisexual” o “no sé”).

Según un trabajo coordinado por Gerulf Rieger de la Universidad de Essex, en Reino Unido, sobre una muestra de 345 mujeres, todas serían —potencialmente— bisexuales o lesbianas, pero nunca “hetero”. Alcanzaron estos resultados fijándose en las respuestas físicas de las mujeres, determinando que incluso las que no entraban en la denominación de bisexual o lesbiana se excitaban ante la visión de imágenes eróticas protagonizadas por personas de su mismo sexo.

“Si una mujer me dice que es ‘hetero’ no voy a desacreditarla, aunque estoy seguro de que no lo es 100 x 100”, asegura el autor de la investigación realizada en la institución británica.

Entre los jóvenes de entre 16 y 24 años, el 1,8% dijo que se identificaba como bisexual, superando, por primera vez, el 1,5% que se identificaba como lesbiana o gay. En total, el 3,3% de los jóvenes se identificaron como LGB, una proporción significativamente superior al 1,7% de la población general que se identificó como tal. (Solo el 0,6% de los mayores de 65 años lo hizo).

Una visión pesimista de por qué más jóvenes se identifican como bisexuales en lugar de gays o lesbianas podría ser que aún prevalecen los entendimientos conservadores, rígidos y polarizados de lo que es el género.

 Esto, a su vez, también podría tener un impacto en las actitudes hacia la sexualidad, donde invertir en una identidad lesbiana o gay puede ser más mal visto que uno bisexual – que en la mente de muchas personas todavía tiene una relación “amistosa” con la heterosexualidad.

Y, sin embargo, está claro que identificarse como lesbiana, gay o bisexual conlleva menos estigma para el grupo de edad más joven que para los mayores.

Las generaciones mayores crecieron en una época en la que cualquier orientación además de la heterosexualidad era tabú, estigmatizada y, a menudo, criminalizada. Los movimientos de gays y lesbianas de las décadas de 1970 y 1980, inspirados por el movimiento de derechos civiles de los Estados Unidos, fueron a menudo incondicionalmente radicales; el concepto de lesbiana política, por ejemplo, era muy prominente y poderoso. 

Al mismo tiempo, tanto las comunidades heterosexuales como las de lesbianas y gays también estuvieron marcadas por malentendidos y desconfianza hacia la bisexualidad (en una palabra, bifobia).

Si se centra el foco nuevamente en las estadísticas, los datos vuelven a ser reveladores. Siempre en el Reino Unido, para continuar con el parámetro, la Encuesta Nacional de Actitudes Sexuales y Estilos de Vida británica realizó un informe en donde se aseguró que el número de sujetos que señalaba haber mantenido relaciones con personas del mismo sexo era mucho mayor que aquellos que se identificaban con las etiquetas de gay o bisexual.

La experimentación, por tanto, sería un importante recurso a la hora de aclarar la propia sexualidad, incluso en aquellas personas que buscarían asentar su propia identidad hetero.

“En lo que respecta a las mujeres, aquellas más jóvenes se hallan en estos momentos con un ambiente social más abierto a la hora de aceptar inclinaciones distintas a las tradicionales que sus antecesoras. Sin embargo, el fenómeno de la bisexualidad es cada vez menos extraño en mujeres que han sobrepasado la tercera, cuarta y quinta década de edad”, explica el estudio.

Con información de independent, qz e Infobae 

También te puede interesar:

Relacionados