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Wilfredo Cancio: Cuba vuelve a la retórica de trinchera por la Ley Helms-Burton

“Sepa Trump y su camarilla que si tenemos que defender la patria por otras vías, aquí hay un pueblo dispuesto a luchar por lo que es suyo”, dicen los estomatólogos airados de Santiago de Cuba. Por Wilfredo Cancio Están de vuelta los mítines de denuncia en los centros de trabajo, que es decir, el repudio institucionalizado […]

Por Allan Brito
Wilfredo Cancio: Cuba vuelve a la retórica de trinchera por la Ley Helms-Burton
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“Sepa Trump y su camarilla que si tenemos que defender la patria por otras vías, aquí hay un pueblo dispuesto a luchar por lo que es suyo”, dicen los estomatólogos airados de Santiago de Cuba.

Por Wilfredo Cancio

Están de vuelta los mítines de denuncia en los centros de trabajo, que es decir, el repudio institucionalizado para llenar el espacio de humo ideológico donde faltan los alimentos, los útiles más esenciales, el vaso de leche y la verguenza gubernamental.

Como en los días por la devolución del niño Elián González, en el ritornello de la movilización y el alistamiento para la contienda contra el vecino poderoso, Cuba vuelve a estar envuelta en un zafarrancho de retórica contra la implantación del título 3 de la Ley Helms-Burton.

La Mesa Redonda de la TV cubana se desgañitó el pasado jueves en mentiras. Siguen hablando de que van a quitarles propiedades a la gente, cuando la Ley Helms-Burton estipula solo compensaciones monetarias, NO restitución de propiedades a sus dueños. Está más que claro que propiedades residenciales de ciudadanos cubanos y otros bienes inmuebles de uso público, así como locales usados por sedes diplomáticas, no podrán ser objeto de reclamaciones en tribunales estadounidenses al amparo de Ley Helms-Burton.

La Mesa Redonda recicla un artículo de reciente factura, firmado por la vicepresidenta de la UPEC. El recurso del terror: El asesino fallecido Esteban Ventura Novo y sus descendientes reclamando la finca “El Rosario”, en la periferia de La Habana, donde hoy florece un hogar de ancianos.

El fantasma del miedo sobre infundadas devoluciones de propiedad que no están siquiera en el texto de la legislación estadounidense, está siendo zarandeado en los medios y espacios del oficialismo más rancio para movilizar la opinión interna contra Estados Unidos y los cubanos del exilio. Sí, los mismos cubanos del exilio que envían más de $3,500 millones en remesas anuales y recargan los teléfonos celulares de sus familiares.

Allí están con la voz en alto los trabajadores del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Las Tunas, los indignados estomatólogos de Santiago de Cuba, los miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) en Ciego de Ávila y los fieles vecinos de un barrio en Pinar del Río, con la presencia del agitador redivivo Ricardo Alarcón de Quesada.

LA UNEAC, que dice ser una organización no gubernamental, pues también se enardece y promete insuflar a la Cuba de estos días el “espíritu nutrido y vigilante” de los artistas e intelectuales que se alistan para un venidero 9no, Congreso uneacoide, en junio.

Párrafos como estos para proponer suplir la ausencia de reactivos y medicamentos con “combatividad revolucionaria” veremos repetir en la prensa oficial que dice estar renovándose y mirando a un nuevo futuro: “Hubo consenso que para enfrentar el acoso es decisiva la participación de todos en las tareas de ahorro y uso racional de los recursos materiales disponibles, incluidos los reactivos que son costosos y escasean en coyunturas como esta”.

“En ese sentido el doctor Aldo Cortés González insistió en que el momento actual exige el aumento de la combatividad revolucionaria en todos los escenarios para combatir malas intenciones e ingenuidades que perjudican la imagen de la Revolución y les hacen el juego a los enemigos”. (Diario Trabajadores)

La isla no deja de repetirse. El espectáculo apenas comienza. Nadie puede quedar fuera de juego: “Ya están quitando las barricadas de los parques/ Ya los asaltadores del poder están subiendo a la tribuna/ Ya el perro, el jardinero, el chofer, la criada/ están allí aplaudiendo” (Heberto Padilla, Fuera de Juego, 1968) .

 

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