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Esta empresa te ayuda a conseguir un segundo pasaporte

Plan B Passport ofrece a los clientes ricos en criptomonedas la oportunidad de obtener un segundo pasaporte en cualquiera de siete países considerados como paraísos fiscales. Dichos estados están exentos de impuestos sobre las ganancias de capital  relacionadas con las criptomonedas, reportó Cnbc. La expatriada rusa Katie Ananina ha pasado los últimos tres años ayudando […]

Por Allan Brito
Esta empresa te ayuda a conseguir un segundo pasaporte
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Plan B Passport ofrece a los clientes ricos en criptomonedas la oportunidad de obtener un segundo pasaporte en cualquiera de siete países considerados como paraísos fiscales. Dichos estados están exentos de impuestos sobre las ganancias de capital  relacionadas con las criptomonedas, reportó Cnbc.

La expatriada rusa Katie Ananina ha pasado los últimos tres años ayudando a la gente a eludir los impuestos relacionados con sus ganancias en bitcoin.

“Fui lo suficientemente inteligente como para darme cuenta de que 200 dólares en bitcoin valdrán 100.000 dólares en algún momento”, dijo Ananina. “No creo que el gobierno deba tener el 40% de eso”.

Historia

Ananina no es el estereotipo de maximalista del bitcoin, una frase utilizada para describir a las personas que creen que el bitcoin, y no necesariamente otras criptodivisas, es el futuro de las finanzas.

Nacida y criada en Cheliábinsk, una ciudad en el centro de Rusia, a 90 millas al norte de la frontera con Kazajistán, la ex regatista profesional se trasladó a Estados Unidos en 2016 tras conseguir la tarjeta de residencia, gracias a su estatus como una de las mejores regatistas del mundo.

Hace cinco años y medio no hablaba inglés.

Para Ananina, el atractivo del bitcoin quedó al descubierto cuando vio cómo la moneda rusa caía un 50% durante los dos meses que estuvo viviendo en España mientras competía con el equipo nacional de vela ruso a principios de 2015.

“Mi profesor de macroeconomía no fue capaz de explicármelo. No había ninguna posibilidad de que pudiera hacer mis ecuaciones y averiguar lo que pasó allí”, dijo. “Me di cuenta de que no estaba contento con el funcionamiento del dinero”.

Así empezaron los días de Ananina como evangelista del bitcoin.

Pero, según Ananina, ser una “bitcoin maxi” no consiste sólo en creer en una moneda.

Cree de todo corazón en el arbitraje jurisdiccional, lo que para ella significa dejar de lado las normas de cualquier gobierno sobre sus acciones y finanzas, e ir al lugar que más le convenga en ese momento.

“Si el gobierno empieza a afectarme, tomaré todos [mis bienes] en mis manos y me iré a otro lugar”, dijo.

Esta es la mentalidad que llevó a esta emprendedora de 26 años a crear su propia empresa, diseñada para ayudar a otros a hacer precisamente eso.

Ananina dice que varios bitcoiners que conoce y que han mantenido la criptodivisa durante más de un ciclo de auge y caída están pensando en obtener un segundo pasaporte como forma de evitar el pago de impuestos sobre las plusvalías de sus posesiones.

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