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Estos son los ganadores de los Premios Ig Nobel 2018

¿Alguna vez te has preguntado por qué hay tantas personas que no se leen los manuales de instrucciones o cuántas calorías tiene el cuerpo humano? ¿O si apuñalar a un muñeco vudú que representa a tu jefe con alfileres podría ayudar a reducir la tensión en el lugar de trabajo? No te preocupes, los ganadores de los […]

Por Allan Brito
Estos son los ganadores de los Premios Ig Nobel 2018
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¿Alguna vez te has preguntado por qué hay tantas personas que no se leen los manuales de instrucciones o cuántas calorías tiene el cuerpo humano? ¿O si apuñalar a un muñeco vudú que representa a tu jefe con alfileres podría ayudar a reducir la tensión en el lugar de trabajo? No te preocupes, los ganadores de los Premios Ig Nobel han hecho el trabajo por nosotros. Estos y otros temas inusuales han sido honrados este año con el premio a las investigaciones más absurdas de 2018.

Por Redacción MiamiDiario

Establecidos en 1991, los Ig Nobel son una parodia de los Premios Nobel, que honran los “logros que primero hacen reír a la gente y luego las hacen pensar”. Los premios siempre han sido percibidos como una celebración de tonterías científicas, unos premios sin pretensiones. Los expertos deben presentar públicamente su trabajo dos veces: una en 24 segundos y la segunda en solo siete palabras. Los discursos de aceptación están limitados a 60 segundos, impuestos estrictamente por una niña de ocho años llamada “Miss Sweetie-Poo”, que interrumpirá a los que excedan el límite de tiempo repitiendo: “Por favor, deténgase. Estoy aburrida”. Hasta que paren.

Todo está hecho para buscar la diversión, pero no te confundas. Estos premios también tienen un lado serio. La investigación premiada puede parecer ridícula a primera vista, pero eso no significa que carezca de mérito científico.

El fundador, Marc Abrahams, admite que cuando creó por primera vez los Premios Ig Nobel y la revista asociada Journal of Irreproducible Results, luchó por crear un eslogan conciso que capturara la intención completa de la empresa. Se decidió por la ciencia “que no puede o no debe reproducirse”, pero en su mente siempre contaba solo la mitad de la historia. No fue hasta que conversó con un periodista muchos años después cuando se topó con el eslogan actual. Y es que “los premios pretenden celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina, y la tecnología”.

Incluso cuando no hay una utilidad inmediata, todavía existe un argumento de peso para estos premios: la pura curiosidad. Los científicos tienen mentes naturalmente curiosas, y es bueno fomentar la línea de investigación aleatoria ocasional.

El gran vencedor de los Ig Nobel 2018

El doctor japonés Akira Horiuchi fue el flamante vencedor de la 28ª edición de los Premios Ig Nobel. ¿Su logro? Una autocolonoscopia. El propio Horiuchi presentó un informe médico acerca de la colonoscopia que se llevó a cabo a sí mismo. Fue el ganador de la categoría Educación Médica. A pesar de reconocer que sintió una “ligera molestia” al llevar a cabo la intervención, Horiuchi aseguraba que hacerse una autocolonoscopia a uno mismo puede llegar a ser mucho más fácil y “eficiente” que las intervenciones tradicionales. Ni corto ni perezoso, se subió al escenario junto a su colonoscopio y se sentó sobre una silla para explicar el proceso, aunque no volvió a repetirla, claro.

Ig Nobel de Medicina

Los estadounidenses Marc Mitchell y David Wartinger fueron los ganadores del Ig Nobel de Medicina, por usar las montañas rusas para acelerar el paso de los cálculos renales.

Los cálculos renales representan alrededor de 300.000 visitas a la sala de emergencia cada año, y los pacientes generalmente solo esperan que pasen las piedras, lo que puede ser un proceso largo y doloroso. Tras escuchar algunos informes anecdóticos de personas soltaban estos cálculos renales con mayor facilidad mientras montaban en montañas rusas (como el Big Thunder Mountain de Walt Disney World) consideraron que valía la pena investigar más.

Ig Nobel de Antropología

Los investigadores Tomas Persson, Gabriela-Alina Sauciuc y Elainie Madsen ganaron el Ig Nobel de Antropología, por reunir pruebas de que en un zoológico los chimpancés imitan a los humanos más o menos con la misma frecuencia y con la misma habilidad que los humanos imitan a los chimpancés. Si la imitación es la forma más sincera de adulación es un elemento crucial también en el desarrollo humano, así que este estudio –que analiza las interacciones entre los chimpancés y los visitantes del zoológico– sugiere que tal vez tengamos más cosas en común. Los chimpancés demostraron ser muy humanos al participar en juegos de imitación de lo que se creía anteriormente.

Ig Nobel de Biología

El olor de la mosca es el título de la investigación que les valió a Paul Becher, Sebastien Lebreton, Erika Wallin, Erik Hedenstrom, Felipe Borrero-Echeverry, Marie Bengtsson, Volker Jorger y Peter Witzgall el Ig Nobel de Biología, por demostrar que los expertos en vinos pueden detectar, sólo por el olor, la presencia de una mosca en un vaso de vino. Y es que las moscas hembra de la fruta emiten una feromona con un fuerte olor –desagradable– que los humanos pueden detectar fácilmente, lo que las convierte en una excelente forma de diferenciar las moscas de la fruta masculinas y femeninas. Los investigadores pudieron identificar la feromona específica, tan poderosa que una sola mosca hembra podría estropear una copa de vino.

Ig Nobel de Química

IG Nobel de Química por comprobar cómo de eficaz es la saliva humana para limpiar superficies sucias. Tenemos que admitirlo, ocasionalmente hemos hecho uso de un poco de saliva para eliminar una mancha. El experimento de los autores demostró que la intuición es una buena ciencia: la saliva limpia las superficies doradas en particular mejor que otros limpiadores utilizados por los conservadores. Incluso identificaron el posible componente responsable, lo que nos acerca un paso más a la producción de una versión sintética de saliva para la limpieza. ¿Qué te parece?

Ig Nobel de Literatura

Thea Blackler, Rafael Gómez, Vesna Popovic y M. Helen Thompson se llevaron el Ig Nobel de Literatura por documentar que la mayor parte de las personas que utilizan productos complicados no se lee el manual de instrucciones. Y es que las personas que diseñan nuestros productos de consumo (móviles, televisores, etc.), a menudo se quejan de que los clientes nunca se leen el manual y, por lo tanto, nunca hacen uso completo de todas las increíbles funciones avanzadas de su dispositivo recién adquirido. A su vez, los clientes se sienten abrumados por la “gran cantidad de funciones” y no encuentran esos manuales especialmente útiles y, por lo general, prefieren resolver los problemas por su cuenta. Comprender por qué nadie se lee los manuales de instrucciones podría ayudar a las empresas a diseñar mejores manuales en el futuro, aunque no sabemos si en este caso tampoco los leeremos.

Con información de: Muy Interesante

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