El escultor Walter Marin, que ofrece su muestra “Territorio de Metáforas” en la Miami Art Week, trabaja en México.
El artista dice que cree en el proceso creativo: la singularidad que, en todas sus manifestaciones, nos permite alcanzar un nuevo equilibrio. Y eso incluye a quien mira la obra. Otra persona percibirá algo distinto de lo que percibo yo, y para mí será otro añadido a la diversidad, otro descubrimiento.
“Lo único que permanece es el cambio”
La historia de la humanidad nos enseña que lo único que permanece es el cambio.
Somos diversos en nuestros talentos, en nuestra singularidad, en nuestra capacidad de crear. Es interesante observar cómo nuestras diferencias producen transformación, lo cual permite el progreso. De la diferencia nacen nuevas ideas. Lo distinto, lo desigual, lo diferente: ese es el motor que genera el movimiento necesario para crear un nuevo orden.
La historia de la humanidad nos adoctrina en que lo único que permanece es el cambio. Venimos con una considerable diversidad de propósitos y de perspectivas. Nuestra exposición a la vida difiere de uno a otro. Nuestra comprensión varía, del mismo modo que lo hace nuestra percepción de la realidad.
El artista expondrá su obra en el Centro LGBT de la Gay and Lesbian Chamber of Commerce de Miami-Dade. “Este es un espacio donde la diversidad de ideas, de formas y de perspectivas tiene espacio. Y la diversidad es algo bueno. Es algo esencial a esta constante evolución de la que todos formamos parte”.
Territorio de metáforas, la muestra que presento, sugiere el potencial de cambio. Refleja mi interés por el universo de las ideas, por los procesos de transformación interna y externa, por la constante fluidez de la mente, el cuerpo, las emociones y la materia. Incluso la idea de belleza cambia.
Estoy feliz de jugar en ese juego: siento que la creatividad es simplemente lo más natural.
No hay cambio sin divergencia
“No hay cambio sin divergencia. De la diferencia nacen nuevas ideas que servirán de base para crear oportunidades de expansión. Una nueva unión. Yo formo parte de esa diversidad. Somos todos distintos, y esa es la maravilla”.
El artista Walter Marín emigró de Buenos Aires a México, donde trabaja y luego se enamoró de Miami Beach donde reside. Esa multiplicidad cultural forjó su obra, como parte de Miami Art Week, varias esculturas de las series Ámame partid@, Cicatrices y Amor sin presencia.
Más sobre este tema
- Pareja enfrenta cargos por operar centros de recuperación estética sin licencia en Miami
- Ranking indica que Miami es la ciudad más odiosa del país… ¿lo somos?
- Miami celebra 11ª edición de “Todo el Mundo Dice Aho”, un festival para conectar con la Tierra
- Aprende el arte del sushi: Komodo y Makoto te invitan a convertirte en maestro de la cocina japonesa
- Nada con manatíes en Crystal River, un tesoro escondido a cuatro horas de Miami