Nuevos testigos declararán contra Jeffrey Epstein por primera vez, según Miami Herald

En una bochornosa mañana de octubre de 2007, el principal fiscal federal de Miami, Alexander Acosta, tuvo una cita para desayunar con un ex colega, el abogado de Washington, DC, Jay Lefkowitz. Fue una reunión inusual para el entonces fiscal de 38 años, una estrella republicana en ascenso que había servido en varios puestos de la Casa Blanca antes de ser nombrado abogado de los EE. UU por el presidente George W. Bush.

Por Redacción Miami Diario

En lugar de reunirse en la sede del fiscal en Miami, los dos hombres, con experiencia profesional en el prestigioso bufete de abogados Kirkland & Ellis de Washington, se reunieron en el Marriott de West Palm Beach, a unos 70 kilómetros de distancia.

Para Lefkowitz, de 44 años, enviado especial de los Estados Unidos a Corea del Norte y abogado corporativo, la reunión fue crítica.

Su cliente, el multimillonario de Palm Beach, Jeffrey Epstein, de 54 años, fue acusado de formar una gran red de explotación sexual infantil. Para ello, contó con la ayuda de jóvenes reclutadoras, quienes obligaban a las menores a tener relaciones sexuales detrás de los muros de la opulenta mansión.

El excéntrico administrador de fondos de cobertura, cuyos amigos incluían al ex presidente Bill Clinton, Donald Trump y el príncipe Andrew, está relacionado, presuntamente, con el tráfico de niñas menores a otros países. Se cree que realizaba fiestas sexuales en sus otras propiedades de Manhattan, Nuevo México y el Caribe, según indican los registros judiciales y del FBI .

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Frente a una acusación federal de 53 páginas, Epstein pudo haber terminado en una prisión federal por el resto de su vida. Pero durante el desayuno se llegó a un acuerdo de súplica extraordinaria para ocultar la totalidad de los crímenes cometidos por Epstein y los otros involucrados.

Epstein solo tendría que pagar una pena de apenas 13 meses en la cárcel del condado. Y el acuerdo de no procesamiento dio por concluida la investigación del FBI. En dicha investigación se trataba de determinar si había más víctimas u otros poderosos involucrados en los delitos sexuales de Epstein, según la revisión hecha por el equipo del Miami Herald a miles de correos electrónicos, documentos judiciales y registros del FBI.

El pacto obligaba a Epstein a declararse culpable de dos cargos de prostitución en un tribunal estatal. Epstein y cuatro de sus cómplices (beneficiados por el acuerdo) recibieron inmunidad en todos los cargos penales federales.

Lo insólito es que el acuerdo incluía una redacción que otorgaba inmunidad a “cualquier posible conspirador” involucrado en los crímenes de Epstein. Estos cómplices o participantes no fueron identificados en el acuerdo, lo que queda a la libre interpretación. Podría haber otras personas influyentes que tuvieron relaciones sexuales con niñas menores de edad en las diferentes casas de Epstein, o en su avión.

Como parte del consenso, Acosta acordó, a pesar de la ley federal, mantener el trato. Como resultado, el acuerdo de no prosecución fue sellado hasta la aprobación del juez, evitando así cualquier posibilidad de que las niñas o cualquier otra persona pudiesen presentarse ante el tribunal para acusarlo.

Esta es la historia de cómo Epstein, reforzado por fondos ilimitados y contando con el aval de un poderoso equipo legal, logró manipular el sistema de justicia penal. Sus acusadores, aún traumatizados por su pasado, se sienten traicionados por los mismos fiscales que prometieron protegerlos. “No creo que a nadie se le haya dicho la verdad sobre lo que hizo Jeffrey Epstein”, dijo Michelle Licata, una de las víctimas de Epstein, que ahora tiene 30 años. “Arruinó mi vida y la de muchas otras niñas. La gente necesita saber qué hizo y por qué no fue procesado para que algo así no vuelva a ocurrir “.

El secretario de trabajo del presidente Trump, Acosta, de 49 años, supervisa una agencia federal masiva que monitorea las leyes laborales del país, donde está incluida la trata de personas. También está en una lista de posibles reemplazos para el cargo del ex Fiscal General Jeff Sessions, quien renunció bajo presión a principios de este mes.

Acosta no respondió a numerosas solicitudes de entrevista ni contestó las consultas realizadas vía correo electrónico.

Pero los registros judiciales revelan detalles de las negociaciones y el papel que desempeñó Acosta en la redacción del acuerdo que detuvo la investigación federal. Tal vez se trató de una operación internacional de tráfico sexual.

Entre otras cosas, Acosta permitió a los abogados de Epstein libertades inusuales a la hora de dictar los términos del acuerdo de no prosecución. “El daño ocasionado por este caso es irreparable”, aseguró Bradley Edwards, un ex fiscal del estado que representa a algunas de las víctimas de Epstein. “¿Cómo un abogado de los Estados Unidos se prestó para participar en una negociación con un criminal y llegó a permitirle (al acusado) penalizar el acuerdo?”

Como resultado, ni las víctimas, ni el juez llegaron a saber con exactitud cuántas niñas fueron abusadas sexualmente por Epstein entre 2001 y 2005. En esa fecha la policía lo descubrió por primera vez en sus actividades con niñas menores de edad.

La policía remitió el caso al FBI un año después luego de que comenzaron a sospechar que su investigación había siendo socavada por la Oficina del Fiscal del Estado de Palm Beach.

Más de una década después, donde han aflorado denuncias de gimnastas olímpicas y actrices de Hollywood, el abuso sexual se ha convertido en un catalizador de un posible juicio cultural. Las víctimas de Epstein prácticamente han sido olvidadas. Las mujeres siguen luchando por una justicia que no han podido alcanzar.

Al igual que otras víctimas de abuso sexual, creen que han sido silenciadas por un sistema de justicia penal que, obstinadamente, no castigó a Epstein y a otros hombres ricos y poderosos por sus actos. “Jeffrey se aprovechó de las chicas que estaban mal, de las que no tenían hogar. Persiguió a chicas que creía que nadie escucharía y tuvo razón “, señaló Courtney Wild, quien tenía 14 años cuando conoció a Epstein.

Durante el año pasado, el Miami Herald examinó el valor de documentos judiciales, juicios, declaraciones de testigos y documentos recién publicados por el FBI durante una década.

Las personas clave involucradas en la investigación, la mayoría de las cuales no fueron mencionadas al inicio, también fueron entrevistadas. El Herald también obtuvo nuevos registros que incluyen la copia completa de la investigación de la policía de Palm Beach y las declaraciones de testigos que estaban archivadas.

El Herald supo que, como parte del acuerdo de culpabilidad, Epstein proporcionó lo que el gobierno llamó “consideración valiosa” por la información no especificada que proporcionó a los investigadores federales. Si bien los documentos obtenidos por el Herald no detallan cuál era la información, el caso de los delitos sexuales de Epstein ocurrió justo cuando se produjo el colapso del mercado hipotecario en EEUU. Esto marcó el comienzo de la crisis financiera mundial de 2008.

Los registros muestran que Epstein fue un testigo federal clave en el procesamiento penal de dos ejecutivos prominentes de Bear Stearns, la correduría de inversiones global que fracasó en 2008. Los involucrados en este caso fueron acusados de fraude de valores corporativos. Epstein fue uno de los mayores inversionistas en el fondo de cobertura administrado por los ejecutivos, que luego fueron absueltos.

El Herald también identificó a unas 80 mujeres que alegan haber sido abusadas sexualmente por Epstein, entre 2001 y 2006. 60 de esas mujeres fueron ubicadas y están regadas por todo el país y el extranjero. Ocho de ellas aceptaron ser entrevistadas, mientras cuatro de ellas estaban dispuestas a hablar en video. Estas mujeres son hora madres, esposas, enfermeras, camareras, agentes de bienes raíces, peluqueras y maestras. Una de ellas es una actriz de Hollywood.

Varias han enfrentado problemas de depresión y adicción. Algunas han cumplido condena en prisión. Otras no lograron sobrevivir. Una mujer joven fue encontrada muerta el año pasado en un motel deteriorado en West Palm Beach. Tuvo una sobredosis de heroína, dejando huérfano a un hijo pequeño.

La mujer que fue a la casa de Epstein varias veces dijo que a él no le gustaba porque sus senos eran demasiado grandes. Algunas niñas dijeron a la policía que fueron reclutadas por algunas compañeras. Le mintieron a Epstein sobre sus edades y le dijeron que tenían 18 años.

El equipo legal de Epstein afirmó que si las niñas eran menores de 18 años no había forma de que él lo hubiese sabido. Sin embargo, según la ley de Florida, el desconocimiento de la edad de una pareja sexual no es alegato para tener relaciones sexuales con un menor.

Wild, quien trabajó para Epstein hasta que cumplió los 21 años, indicó que él era muy consciente de su tierna edad. “Me dijo que le gustaban tan jóvenes como yo”, dijo, explicando que a medida que crecía y tenía menos acceso a las chicas jóvenes, Epstein se molestaba porque no encontraba el tipo de muchachas que él deseaba. “Quería tantas chicas como hubiese sido posible. “Para él nada era suficiente”.

Piedras de la pirámide

El plan de Epstein comenzó a desmoronarse en marzo de 2005 cuando los padres de una niña de 14 años le dijeron a la policía de Palm Beach que Epstein había abusado de ella en su mansión. La niña confesó a regañadientes que había sido llevada allí por otras dos chicas, y esas chicas señalaron, a su vez, a otras dos chicas que habían estado allí. Cuando los detectives lograron rastrear a una víctima aparecieron dos y tres más. Pronto hubo docenas.

No sabíamos dónde terminarían las víctimas”, dijo Reiter. Finalmente, las niñas les contaron sobre otras niñas y mujeres jóvenes que habían visto en la casa de Epstein, muchas de las cuales no hablaban inglés, dijo Recarey.

Eso llevó a Recarey a sospechar que las hazañas de Epstein no se limitaban solo a Palm Beach. La policía obtuvo los registros de vuelo de su avión privado y encontró nombres e iniciales femeninos entre la lista de personas que viajaron en el avión, incluidos los nombres de algunas personas famosas y poderosas que se contaron como pasajeras, dijo Recarey.

Un informe recién publicado por el FBI en el sitio web de la agencia, como resultado de la solicitud de la Ley de Libertad de Información del Herald, muestra que en el momento en que se ejecutó el acuerdo de no procesamiento el FBI llegó a entrevistar a testigos y víctimas “de todo Estados Unidos. “La sonda se extendió desde Florida hasta Nueva York y Nuevo México, según los registros.

De hecho, una demanda, aún pendiente en Nueva York, alega que Epstein usó una agencia de modelos internacional para reclutar niñas de 13 años de Europa, Ecuador y Brasil. Las niñas vivían en un edificio de Nueva York propiedad de Epstein, quien pagó por sus visas, según la declaración jurada de Maritza Vásquez, trabajadora de Mc2, la agencia de modelos.

Mike Fisten, un ex sargento de la policía de Miami-Dade que también fue investigador de homicidios y miembro de la Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado del FBI, dijo que el FBI tenía pruebas suficientes para encerrar a Epstein por un largo tiempo. “Acosta no lo permitió. Algunos de los agentes involucrados en el caso se sintieron decepcionados porque Acosta cedió a la presión de los abogados de Epstein”, dijo.

“Es muy triste que un abogado de los EE. UU le llegue a temer a un acusado“, dijo Fisten, ahora investigador privado de Edwards. T

Ahora, una compleja red de litigios podría revelar más de los crímenes de Epstein. Una demanda programada para juicio el 4 de diciembre en el condado de Palm Beach involucra al notorio convicto de Ponzi, Scott Rothstein, en cuya firma de abogados trabajó Edwards alguna vez.

En 2009, Epstein demandó a Edwards alegando que estaba involucrado con Rothstein. Lo hizo apoyándose en las demandas civiles de las niñas. Pero Rothstein dijo que Edwards no sabía sobre el plan y Epstein se vio forzado a declinar la demanda.

Edwards se contradijo por un procesamiento malicioso, argumentando que Epstein lo había demandado en represalia por su agresiva representación de las víctimas que lo acusaban.

Varias mujeres que fueron a la casa de Epstein siendo menores de edad tienen previsto declarar en su contra por primera vez. La senadora del estado de Florida, Lauren Book, sobreviviente de abuso sexual infantil, dijo que el caso de Epstein debería servir como un punto de inflexión para los casos penales relacionados con delitos sexuales contra niños. “¿Dónde queda la indignación que sienten estas mujeres? ¿Dónde están sus protectores? ¿Quién se atreve a golpear las puertas del secretario de trabajo, del juez o de la oficina del alguacil en el condado de Palm Beach para exigir justicia y el derecho a ser escuchado?

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El fiscal federal adjunto Villafaña, en documentos judiciales, dijo que los fiscales hicieron sus “mejores esfuerzos” para cumplir con la Ley de Derechos de las Víctimas de Delitos, pero ejercieron su “discreción fiscal” cuando decidieron no informar a las víctimas.

El razonamiento fue el siguiente: el acuerdo de no procesamiento tenía una cláusula de restitución que brindaba a las niñas la oportunidad de buscar la compensación de Epstein. Si el acuerdo hubiese fracasado, los abogados de Epstein podrían haber usado la cláusula de restitución anterior para socavar la credibilidad de las niñas como testigos. Solo hubiesen tenido que afirmar que las pequeñas exageraron sobre el comportamiento de Epstein para obtener beneficios.

Acosta nunca ha explicado completamente por qué pensó que lo mejor para las niñas menores de edad y sus padres fue mantener el acuerdo sellado. O por qué se cerró la investigación del FBI cuando, según muestran los documentos recientemente publicados, el caso estaba generando más víctimas y evidencia de una posible conspiración de tráfico sexual más allá de Palm Beach. Tras su nombramiento por Trump como secretario de trabajo en 2017, Acosta fue interrogado sobre el caso Epstein durante una audiencia de confirmación en el Senado.