Opinión

Carlos Escaffi Rubio: Perú…Diagnóstico reservado

Contra todo pronóstico el presidente Vizcarra informaba que el Estado de Emergencia se ampliaba hasta el 30 de junio, es decir, por un tanto de 3 meses y medio (desde el 16 de marzo), siendo una de las cuarentenas más extremas de la región. Por Carlos Escaffi Rubio (*) Y es que si bien Perú […]

Por Allan Brito
Carlos Escaffi Rubio: Perú…Diagnóstico reservado
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Contra todo pronóstico el presidente Vizcarra informaba que el Estado de Emergencia se ampliaba hasta el 30 de junio, es decir, por un tanto de 3 meses y medio (desde el 16 de marzo), siendo una de las cuarentenas más extremas de la región.

Por Carlos Escaffi Rubio (*)

Y es que si bien Perú tuvo un enfoque inicial oportuno respecto del manejo de la pandemia y claramente puso a los peruanos en el centro, hoy la situación en materias de contención de la pandemia está desbordada, un sistema de salud precario, sumado al factor de desobediencia social que hasta cierto punto es comprensible, pues el 70 % de su fuerza laboral convive con la informalidad. Bajo este escenario, pedirles que se queden en casa, resulta bastante complejo por utilizar un eufemismo.

Es que no solo urge la necesidad de implementar líneas de acción que tengan como objeto atender la emergencia del Sistema de Salud, sino que se requieren enfoques mucho más profundos, como por ejemplo, implementar una reforma completa del sector salud, junto a educación y pensiones, sectores que como consecuencia de la actual coyuntura quedaron tristemente en evidencia y claro, no solamente en el Perú, sino en el grueso de los países de la región.

Por otro lado, los gestos en política se hacen altamente necesarios, sobre todo aquellos que tengan como objeto la reforma y el fortalecimiento del sistema democrático, por lo tanto, es el momento de tender puentes y generar acercamientos, sobre todo entre Ejecutivo y Legislativo.

Los enfrentamientos entre ambos poderes deberían ser cosa del pasado, y es que Perú hoy estrena un nuevo y breve Parlamento, de cara a su Bicentenario de vida republicana que se cumple en julio del 2021, junto al nuevo gobierno que debe ser elegido en elecciones nacionales que también coincidirán con sus doscientos años de independencia.

Donde también deben desarrollarse esfuerzos importantes, sobre todo de diálogo, de escucha, de entender posturas, es entre el Ejecutivo y los gremios y también a nivel de empresas. Debe escucharse al sector privado de manera transversal, sin temores, ni mayores cuestionamientos y menos lecturas entre líneas.

Conversar no necesariamente es pactar, es lógico que no necesariamente se pueda estar de acuerdo siempre, pero siempre será necesario escuchar el cómo están impactando las medidas implementadas en algunos sectores, como por ejemplo, ¿qué pasa con la pyme que aún no puede implementar su “Plan para la vigilancia, prevención y control de COVID-19 en el trabajo”?, ¿qué sucede con aquella empresa que luego de haber recurrido a la suspensión perfecta de labores, la autoridad le señala que no procede?.

El diálogo entre Estado y sector privado deber ser directo, no a través de comunicaciones epistolares, que, si bien cumplen la forma y el protocolo necesario, se requieren acercamientos directos y consensuados.

Finalmente, y a pesar de la situación coyuntural expuesta, y los distintos escenarios de análisis que señalan que la economía peruana se contraería en -12%, el efecto rebote para el 2021 se cifraría en 7%.

No obstante, las cifras de casos confirmados están por encima de 199,696, el número de fallecidos por sobre los 5,571 y la tasa de mortalidad en 2.7%, mientras que el total de recuperados está cerca a los 89,556 y el total de personas evaluadas por sobre el millón.

(*) Gerente IMAGINACCION Perú, docente PUCP.

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