Ansiedad, compulsión, angustia, incertidumbre y egoísmo, sensaciones y sentimientos que se han hecho presentes durante estas semanas de manera transversal socialmente, junto con ataques de pánico, histeria, odio, intolerancia y de juicios subjetivos. Simplemente, hoy nos sentimos altamente vulnerables, con la fragilidad propia de una fractura expuesta.
Por Carlos Escaffi Rubio (*)
El miedo a lo desconocido, las diversas especulaciones, la excesiva sobre información en redes sociales, la ausencia de información sobre la eventual cura de un virus que recién estamos conociendo, han hecho que la percepción de criticidad se incremente y en razón de ello, nuestro comportamiento en el plano personal, hasta en el corporativo haya mutado.
Sin embargo, el actual comportamiento social es propio de la conducta humana, en consecuencia, cobra la mayor importancia el desarrollo de plataformas de contención social, de soporte amical, de tolerancia, de entender y reflexionar sobre el significado de la igualdad y fraternidad. Y sobre todo, darle la bienvenida al nuevo fenómeno, la virtualización social.
En el ámbito laboral, el liderazgo visible jugará un rol gravitante, pues se hace necesario que éste considere un componente no menor, la capacidad sinestésica en cuanto a transmisión de optimismo, empatía y confianza se refiera. Menos análisis fatalistas, provocadores y tendenciosos, mayor cuota de optimismo responsable respecto del complejo equilibrio: salud y generación de ingresos.
Si bien la actual contingencia podría interpretarse como una estocada al vigente sistema económico (con la excepción de algunos sectores que se han visto altamente favorecidos), también podemos afirmar que han comenzado a gestarse espontáneas muestras de solidaridad, de aquellos románticos que creemos que la reciprocidad es el principal pilar sobre el cual debe sostenerse la humanidad.
Y si hablamos de contención social en el plano doméstico, ¿porqué no irradiar esta práctica al plano corporativo, al escenario internacional?, ¿porqué no buscar soporte en nuestros socios naturales a nivel regional?, por ejemplo, el analizar esfuerzos coordinados para reactivar algunos sectores complementarios, con énfasis en los sectores turismo, minero, construcción, automotriz, y por cierto, en la amplia diversidad de los demás servicios no convencionales. Hoy más que nunca se hace necesaria la importancia de actuar en bloque de manera sostenida, razonada y en concordancia con los principios internacionales.
La clave en tiempos de COVID19: la humanización, en el más amplio significado y sentido de su aplicación.
(*) Analista internacional, gerente general de IMAGINACCION Perú, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, ex funcionario de PROCHILE.
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