Vida saludable

¿Qué le sucede al cerebro cuando tienes miedo?

En este estado, el cuerpo entra en fase de estrés, por lo que el cortisol y la adrenalina se disparan.

Por Adayris Castillo
¿Qué le sucede al cerebro cuando tienes miedo?
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Los seres humanos tienen un sistema nervioso que se altera cuando está frente a una situación estresante, de riesgo o que genera temor. La mayoría comienza a sentir una respiración más acelerada y los latidos del corazón aumentan como señal de alerta. Esto básicamente es una preparación previa que sufre el cuerpo para hacerle frente a una amenaza real y atemorizante.

Aunque muchos asocian el miedo con la sensación que se produce al ver una película de terror, la verdad es que el temor real incluso podría paralizar el cuerpo.

“Es como una corriente de adrenalina que pone al ser humano en estado de vigilancia. Durante este estado, el cortisol que es la hormona que produce las glándulas suprarrenales, ayuda a los músculos a liberar más azúcar. Ambos alertan para escapar, esconderse o enfrentar el peligro”, apuntó Francisco Sotres, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) en México.

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Este proceso corporal sucede cuando se activa la amígdala cerebral. Esta es una pequeña parte del cerebro, en lo profundo del medio campo, que regula las respuestas instintivas y las emociones, incluido el miedo.

Cuando esta amígdala se activa por la vista o audición y la información resulta “amenazante”, el cerebro reacciona y envía la orden de liberar hormonas como el cortisol. Provocando una respuesta “casi instantánea” y automáticamente el cuerpo pasa a un estado de alerta, bien sea para huir o protegerse.

El miedo activa el sistema nervioso del cuerpo cuerpo a fin de que este reaccione a un evento de riesgo. Foto de Camila Quintero /Unsplash.

¿El miedo puede crear caos general?

La respuesta impulsada por todo el proceso del organismo, desde el cerebro hasta los músculos, ocasiona una energía adicional para que podamos correr lejos del peligro. Muchos incluso no logran percibir que están en un estado de estrés hasta luego de que pasa la amenaza.

Una vez que la situación crítica disminuye, el sistema nervioso vuelve a regularse, el cortisol baja y el cerebro retoma sus niveles normales. Sin embargo, existen situaciones atemorizantes y de riesgo que, por el contrario, paralizan el cuerpo e impiden una regularización.

Dependiendo del momento que se vive y la magnitud, muchas personas quedan con el estado de emergencia activado. Es decir, comienzan a padecer miedos recurrentes que obligan a su cerebro a enviar señales de alerta constante.

Este desorden puede generar úlceras, traumas y desórdenes mentales. La amígdala del cerebro, donde confluye y se asocia la información sensorial sobre los estímulos amenazantes, dispara reacciones fisiológicas (estrés) y corporales (contracción de los músculos) ante el peligro.

Por ende, el estado de alarma constante no es saludable y causa daños progresivos a nivel psicológico, pues el cuerpo no soporta niveles de cortisol altos todo el tiempo. De hecho, a aquellas personas que atraviesas traumas severos, accidentes viales, escenarios violentos de cualquier índole y otras circunstancias les cuesta reponerse.

¿Es posible controlar el cortisol?

Es posible decidir en qué magnitud afecta y cómo se sobrelleva una determinada situación. No obstante, cuando el ser humano hace frente a un caso de miedo real, en el que su estado de salud, vida y cualquier otra persona a su alrededor se ven afectados, hay pocas probabilidades de controlar la reacción.

En todo caso, si existe un miedo constante que activa la hormona del estrés en casos donde no los amerita, es importante consultar al médico. Mismo caso si se atravesó por una situación difícil que dejó secuelas y resulta imposible superar.

Para este tipo de circunstancias, los especialistas en psicología y psiquiatría están capacitados para atender esta y otra serie de problemas relacionados con el temor y control de emociones asociadas al temor.

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