Desmantelan banda dedicada al narcotráfico en la Pequeña Habana

La nueva fiscal federal del sur de la Florida, Ariana Fajardo Orshan, anunció el sábado que una investigación llevada adelante por el FBI terminó esta semana con el arresto de 24 personas, la mayoría de ellos cubanos, que se habían asociado en una banda dedicada al narcotráfico y al lavado de dinero en la Pequeña Habana.

Los jefes de este grupo criminal son dos cubanos, identificados como Ulysses Cabrera, conocido como “Uley” o “Big Cuz” de 29 años, y Bernardo Quiñonez, alias “Macho” de 30 años, ambos residentes en Miami.

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Todos los miembros de la banda (identificada por las autoridades como DTO) que han sido arrestados enfrentan en estos momentos 59 cargos federales por cuestiones relacionadas con delitos con armas de fuego, lavado de dinero, tráfico de drogas y delitos violentos.

De acuerdo al comunicado publicado en la prensa, este grupo distribuyó crack, cocaína y marihuana en las calles de la Pequeña Habana desde el año 2013 y gran volumen de sus actividades delictivas provocó la atención del Grupo de trabajo del Área de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad (HIDTA, por sus siglas en inglés), encabezado por el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés). Este grupo decidió iniciar un investigación para detener completamente las actividades de esta organización.

El operativo, llamado por las autoridades “Operación Havana Ghost”, descubrió que esta banda tuvo varios enfrentamientos con rivales que amenazaron el territorio que ellos controlaban y que ponía en cuestionamiento la autoridad de sus líderes. Por este motivo fueron enviados en distintas ocasiones miembros de la organización para intimidar, mutilar, y en algunos casos, a matar a los integrantes de bandas contrarias. En estas operaciones resultaron heridos varios transeúntes inocentes que sufrieron lesiones físicas graves.

Al momento de realizarse las detenciones se incautaron 26 libras de marihuana, 1.5 kilogramos de cocaína, 1 libra de crack, 4 rifles de asalto, 10 armas de fuego semiautomáticas, 10 pistolas, un revolver y un rifle de cañón corto.

Los detenidos podrían tener condenas desde 10 años de prisión hasta cadena perpetua, según su implicación en los sucesos.