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Ciudad de Miami Beach sigue creando programas para mejorar las practicas ambientales

La Ciudad de Miami Beach está lanzando un programa de certificación de negocios denominado #PlasticFreeMB para avanazar en el mejoramiento de las prácticas ambientales     Por Redacción Miami Diario #PlasticFreeMB tiene la meta de mostrar a las empresas que se han comprometido con la eliminación de productos plásticos y en la educación sobre las mejores […]

Por Allan Brito
Ciudad de Miami Beach sigue creando programas para mejorar las practicas ambientales
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La Ciudad de Miami Beach está lanzando un programa de certificación de negocios denominado #PlasticFreeMB para avanazar en el mejoramiento de las prácticas ambientales

 

 

Por Redacción Miami Diario

#PlasticFreeMB tiene la meta de mostrar a las empresas que se han comprometido con la eliminación de productos plásticos y en la educación sobre las mejores prácticas ambientales.

Las buenas prácticas ambientales se pueden definir como todas aquellas acciones que pretenden reducir el impacto ambiental negativo que causan las actividades productivas, a través de cambios en la organización de los procesos y las actividades. La aplicación de buenas prácticas medioambientales debe ser asumida por las empresa, de manera global, para avanzar en esta materia.

Una de las recomendaciones para avanzar en la protección del ambiente es implicar a los establecimientos comerciales para que ejerzan prácticas ambientales correctas. Para ello, se debe trabajar en función de la reducción de los residuos comerciales.

Lo ideal es que haya la menor cantidad de desechos posible. Esto se logra con el mejoramiento de los hábitos cotidianos y al evitar el despilfarro de alimentos.

La reducción de los residuos puede ser de dos tipos: cuantitativa (cuando se centra en el volumen) y cualitativa (cuando se centra en las sustancias contaminantes de un producto).

Una adecuada política de prevención debe tener un enfoque generalista y abarcar todo el ciclo de vida de un producto: diseño, fabricación, distribución y consumo. De este modo se conseguirán los máximos beneficios.

En el caso de los residuos orgánicos el problema radica en que implican un gran consumo de alimentos, lo que se traduce en la producción de residuos derivados de ellos, tales como restos de alimentos, envases y plásticos.

Las posibles medidas estarían centradas en una compra responsable y racional, una demanda de productos con menores sustancias contaminantes y envases ajustados, además del aprovechamiento de los excedentes alimentarios, bien sea a través de donaciones o del compostaje particular.

 

Con información de nota de prensa

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