La energía limpia cada vez está más presente en nuestras vidas. Es común ver en nuestra geografía grandes parques eólicos o placas solares “sembradas” en los campos o incluso flotando en los múltiples lagos de Florida. Las viviendas no se quedan fuera de esta revolución energética, por ello nuestros buzones se atiborran de anuncios donde se lee: “instale un techo solar y ahorrará energía”.
Sumergidos en esta marea verde, algunos gobiernos locales han creado programas de ayuda financiera para aquellos propietarios interesados en colocar una de estas novedosas estructuras sobre su casa.
En realidad, un techo solar puede costar unos 20.000 dólares y algunos dueños se preguntan ¿qué pasa si, después de realizar tamaña inversión, un huracán, un rayo o una lluvia de granizo lo destruye? Una preocupación que no se debe descartar. Nuestro consejo es que, antes de instalarlo, consulte con su compañía de seguros y se cerciore de si su actual póliza lo cubre. Lo más probable es que tenga que realizar alguna modificación en su contrato, aunque no afecte el precio de la prima.
Instalar un techo solar, además de moderno, puede ser una buena inversión ya que reduce su actual factura eléctrica, aumenta el valor de su propiedad y contribuye a la mejora del medioambiente. Claro, si no cuenta con la debida protección, todo lo anterior se podría convertir en agua de borrajas.
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