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¡Al descubierto! Conoce por qué se inventaron los nuggets de pollo

McDonald’s hizo popular y un fenómeno global los nuggets de pollo cuando se estrenaron en 1983. Sin embargo, fue a principios de la década de 1950 cuando las primeras versiones del nuggets de pollo como el “Chicken Crispie” se desarrollaron, reportó La Opinión. Esta comida básica en las tiendas de comestibles y los restaurantes de […]

Por Allan Brito
¡Al descubierto! Conoce por qué se inventaron los nuggets de pollo
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McDonald’s hizo popular y un fenómeno global los nuggets de pollo cuando se estrenaron en 1983.

Sin embargo, fue a principios de la década de 1950 cuando las primeras versiones del nuggets de pollo como el “Chicken Crispie” se desarrollaron, reportó La Opinión.

Esta comida básica en las tiendas de comestibles y los restaurantes de comida rápida en Estados Unidos nació de la necesidad resolver un problema.

Las primeras versiones de los nuggets de pollo se desarrollaron gracias a las innovaciones de Robert C. Baker, un profesor de ciencias avícolas y ciencias alimentarias de la Universidad de Cornell que deseaba ayudar a los criadores de pollos.

En los años cincuenta había una gran producción de pollo y poco consumo, pese a que se destacaba por ser nutritivo y barato. Baker deseaba ayudar a los granjeros a criar mejor sus aves, a vender más y ganar más dinero con cada una.

Baker vio la necesidad de almacenar y transportar pollo congelado. En 1956 y en 1959 el Dr. Baker trabajó en un laboratorio con estudiantes en el sótano de un edificio en Cornell (NY). Eran mitad científicos y mitad cocineros buscando opciones para preparar el pollo de manera que fuera atractiva para el consumidor.

Ahí surgió el Chicken Crispie, como lo llamaron Baker y sus colegas. Nunca antes se había cocinado nada parecido porque nadie había descubierto todavía cómo mantener las carnes molidas juntas sin piel, ni habían desarrollado una masa que pudiera soportar los cambios dramáticos de temperatura tanto de congelar como de freír, relata la revista Times.

La solución de Baker fue mezclar la carne de pollo con sal y vinagre para extraer la humedad y luego echarlo con granos pulverizados y un aglutinante de leche en polvo. Finalmente se usó un una capa de huevos y cereal que se congeló instantáneamente a –10 ° F.

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