Opinión, Política

Antonio A. Herrera-Vaillant: Coronavirus Político

La exitosa gira del presidente encargado Juan Guaidó por varias capitales del mundo y la aclamación que ha tenido por la mayoría abrumadora del movimiento democrático venezolano es un paso necesario mas no suficiente para devolverle las libertades y prosperidad a Venezuela. Por Antonio A. Herrera-Vaillant Son múltiples los resortes que quedan por mover para llevar […]

Por Allan Brito
Antonio A. Herrera-Vaillant: Coronavirus Político
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La exitosa gira del presidente encargado Juan Guaidó por varias capitales del mundo y la aclamación que ha tenido por la mayoría abrumadora del movimiento democrático venezolano es un paso necesario mas no suficiente para devolverle las libertades y prosperidad a Venezuela.

Por Antonio A. Herrera-Vaillant

Son múltiples los resortes que quedan por mover para llevar hasta el punto de colapso a una dictadura con ínfulas e intenciones de aferrarse al poder. Con un solo factor no es posible – a menos que fuese una acción bélica que la comunidad internacional claramente busca evitar a toda costa.

Implica la necesidad de mover todos los resortes necesarios para presionar por todos los lados y ángulos posibles hasta que se le vuelva insostenible al núcleo delictivo que mantiene secuestrado a todo un país.

País oprimido con la colaboración de lo que parece haberse vuelto una simple banda hamponil desvencijada, adornada con un montón de chapitas que nadie respeta, provista de armas chatarra, sin moral, y mermada por deserciones, impericia e indisciplina en sus filas.

Nadie en su sano juicio cree ni ha planteado que sea la propia dictadura la que dirija un proceso electoral transparente. Insinuar que ese sea el propósito de las fuerzas mayoritarias de la Asamblea Nacional es un infundio de total mala fe. El objetivo común es obligarla a aceptar una genuina vía electoral libre y con todas las garantías, aunque eso signifique su contundente derrota en las urnas.

Un paso previo e imprescindible para un auténtico proceso electoral es el cese de la usurpación – que implica aceptar el fraude continuado cometido en 2018 y la separación de funciones de quienes por esa vía prolongaron su mandato. Incluye la reversión de numerosas imposiciones del equipo “judicial” del régimen y de la mal llamada ANC. Obviamente no es algo que aceptarán fácilmente.

Es también importante tener presente que en un tenso juego de fuerzas encontradas tan decisivo resulta un triunfo propio como un error del adversario.

Quizás – más que las recepciones, apoyos y aclamaciones – uno de los logros colaterales más impactantes de la gira del presidente encargado ha sido el escándalo desatado en Europa por la fugaz y clandestina presencia de una sancionada internacional en suelo español.

Eso implica que un régimen en pleno proceso de descomposición ya va siendo una especie de apestado “coronavirus político”, incluso para sus hasta ahora aliados y afines. El sainete del indeseable virus enviado a España y su recibimiento vergonzante por parte de sus aliados lo subraya todo de manera elocuente. Fe y adelante.

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