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Cheesecake Factory alquila en Miami Beach

The Cheesecake Factory  firmó un contrato de alquiler en el edificio Lincoln Road ubicado en Miami Beach, utilizando lo que fue el antiguo espacio de Sushi Samba, según The Real Deal.  La compañía que cotiza en bolsa con sede en Calabasas, California tiene como objetivo abrir en este otoño en la 600 Lincoln Road, según […]

Por Allan Brito
Cheesecake Factory alquila en Miami Beach
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The Cheesecake Factory  firmó un contrato de alquiler en el edificio Lincoln Road ubicado en Miami Beach, utilizando lo que fue el antiguo espacio de Sushi Samba, según The Real Deal. 

La compañía que cotiza en bolsa con sede en Calabasas, California tiene como objetivo abrir en este otoño en la 600 Lincoln Road, según lo anunciado por Stephen Bittel, presidente de Terranova Corporation. 

En tal sentido el grupo de restaurantes finalmente firmó un contrato de inquilinato de 20 años con la opción de renovación utilizando el espacio de aproximadamente 7000 pies cuadrados. Asimismo espera próximamente obtener un permiso de construcción para construir en el interior de abrir sus puertas al público en otoño, según lo anunciado por Bittel. 

Bittel también anunció que “Después de un 2020 realmente traicionero en el negocio de los restaurantes , los restaurantes han experimentado una recuperación notable en mercados como el sur de Florida que han estado abiertos todo el tiempo”.

Es así como los restaurantes considerados de segunda generación han sido utilizados para la construcción de cocinas y trampas de grasas, ya que las mismas han tenido una gran demanda en los últimos años.

Antes de que iniciará la pandemia en el año 2019 Sushi Samba cerró sus puertas.

Finalmente la empresa Terranova es dueño de la propiedad en conjunto con Prime Property Fund, y cuyo propietario es Morgan Stanley. Es así como un afiliado de Terranova pagó “108,6 millones por la propiedad con dos direcciones, la 600 Lincoln Road y 1630 en Pennsylvania Avenue en el año 2014.   

De igual forma, Bittel afirmó que las propiedades “tomaron una cantidad significativa de tiempo” y se negó a exponer sobre el alquiler solicitado y el alquiler final.

“Todos teníamos necesidades que cumplir en el documento, por lo que no fue un trato rápido”, concluyó Bittel.

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