Comprar un auto, aunque sea de segunda mano, nos produce cierta emoción. Para muchos puede significar libertad, ya que partir de ese instante, para cumplir con sus quehaceres diarios no tienen que depender de otros. Ni del transporte público, tan limitado y esporádico. Tener su propio carro parado frente a la puerta de la casa significa estirar el día, tener más horas de sueño y disponer más tiempo para estar con la familia.
Pero la emoción de la anhelada compra, sumada a las estrategias envolventes de los vendedores de autos no deben hacer que pasemos por alto el papel que juega la seguridad. Menos ahora que tantos vehículos incorporan diferentes dispositivos cuya función es asistirnos durante la conducción. Así como proteger al propio vehículo y a las personas que se encuentren en su interior.
Cuando estemos en el punto de decidir entre varios vehículos prácticamente iguales,. Es decir, con precios similares, que hayan recorrido el mismo millaje, con aparentemente el mismo confort, etc. Tenemos que echar mano a la importante lista de dispositivos de seguridad.
Es clave que el carro que no llevemos a casa tenga control eléctrico de estabilidad (ESC). También que cuente con dispositivo antirrobo, sistema de preparación de choques -collision preparation-, sensor de puntos ciegos -blind spot monitoring-, monitoreo del estado de alerta del conductor -driver alertness monitoring-, advertencia de cambio de carril, cámara trasera, asistente de estacionamiento o pantalla de visualización frontal.
Todos estos dispositivos nos ayudan a lograr una conducción más segura, son clave para prevenir accidentes y sus consiguientes daños físicos y financieros. Además, influyen en el precio de las primas del seguro de auto.
Ya sabe, cuando tenga dudas entre tres o cuatro modelos, no recurra a aquello de “Pito Pito Colorido”, ni tire una moneda al aire, decídase por el modelo que le proporcione mayor seguridad.
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