Cuba

Fundación para los Derechos Humanos en Cuba: la libertad de expresión está bajo un renovado asedio

La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba denunció que el gobierno cubano inició una nueva ofensiva contra la libertad de prensa que busca convencer a los ciudadanos que nunca serán libres para pensar, hablar, escribir y actuar. Resulta imprescindible para la élite de poder mantener el más estricto monopolio sobre la información y las […]

Por Allan Brito
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba: la libertad de expresión está bajo un renovado asedio
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La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba denunció que el gobierno cubano inició una nueva ofensiva contra la libertad de prensa que busca convencer a los ciudadanos que nunca serán libres para pensar, hablar, escribir y actuar.

Resulta imprescindible para la élite de poder mantener el más estricto monopolio sobre la información y las percepciones. Por lo que es imprescindible controlar el acceso libre a Internet, amordazar la prensa independiente, atemorizar a los periodistas oficiales.

Hay una nueva ofensiva contra los periodistas. A los independientes se les golpea, decomisan equipos y amenazan con llevarlos a la cárcel. A los que trabajan en medios oficiales de comunicación se les “advierte” que cualquier colaboración con la prensa no estatal puede ser el inicio de ser considerados “enemigos de la revolución”.

La FDHC asegura que el Estado “es experto en manipular información y hacer propaganda. Tiene todos los medios a su alcance para fabricar falsas acusaciones, testigos y evidencias. Lo aprendieron de sus maestros de la KGB y la STASI”.

Desde el exterior, a través de los medios digitales gubernamentales y partidistas, como Cubadebate, la Pupila Insomne, Razones de Cuba y El Heraldo Cubano, el gobierno promueve campañas de desinformación y ataques a la reputación contra cualquier iniciativa, institución o persona que pueda afectar sus intenciones de sostenerse en el poder.

La fundación que defiende los derechos humanos de los residentes de la isla, considera que dominar “al potro salvaje de Internet” e impedir la circulación de información alternativa en formatos digitales en el siglo XXI, es un hecho cada vez más cuesta arriba para el Estado totalitario.

 

 

Con información de nota de prensa

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