El condado de Miami-Dade publicó su informe sobre el COVID-19, que muestra que los casos en todo el condado se han reducido en más de un 50%: de 24.662 casos la semana anterior a 11.670 esta semana.
“Sería correcto decir que hemos visto el pico”, dice a New Times el Dr. O’Neil Pyke, director médico del Jackson Health System. “Las cifras están, efectivamente, bajando. Las hospitalizaciones son menores que la tasa de personas ingresadas”.
Según el Departamento de Salud de Florida, los casos de coronavirus en Miami-Dade han disminuido drásticamente desde principios de año, pasando de 110.806 casos entre el 31 de diciembre y el 6 de enero a 16.617 casos entre el 28 de enero y el 3 de febrero. La tasa de positividad de siete días ha disminuido de la friolera del 31,3% entre el 31 de diciembre y el 6 de enero al 10,5% entre el 28 de enero y el 3 de febrero.
En el Jackson Health System, el conglomerado de hospitales públicos de Miami-Dade, el número de pacientes positivos al COVID ha descendido desde su máximo de 564 pacientes el 12 de enero hasta los 218 actuales.
De esos 218 pacientes actuales con COVID en el Jackson Health System, la gran mayoría -el 78,9% (178 pacientes)- no han sido vacunados. Las estadísticas del hospital no especifican cuántas dosis recibieron la mayoría de los pacientes vacunados.
El Departamento de Salud de Florida informa que el 96 por ciento de la población de Miami-Dade ha recibido al menos una dosis de la vacuna.
A Pyke le preocupa el retraso en las dosis de refuerzo, que son las más bajas en un mes. El informe COVID-19 de Miami-Dade muestra que las dosis de refuerzo en todo el condado han disminuido drásticamente: de 1.619 personas que recibieron su tercera dosis el 8 de enero a sólo 337 el 7 de febrero.
“Aquellas personas [que no han recibido un refuerzo] que estaban en riesgo hace seis meses están ahora en riesgo de nuevo de enfermedad grave y muerte”, advierte Pyke. “Una de las cosas más importantes que podemos recomendar es que cualquier persona que esté subvacunada o que esté fuera de esa ventana de seis meses necesita pensar seriamente en sus riesgos y proceder a vacunarse”.
Aunque la variante Omicron parece estar en retirada, Pyke no está listo para dar por terminado el COVID-19 todavía.
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