Estados Unidos es el país de las demandas y los litigios. Los abogados siempre están dispuestos a entablar un pleito donde vean que existe la posibilidad de ganar dinero.
A esta realidad no escapan los centros de salud y mucho menos las clínicas dentales, estas últimas con fama de cobrar sus servicios muy caros. Lo peor es que cuando alguien trabaja con materiales y procedimientos invasivos, siempre existe el riesgo de causar daño y ser acusado de negligencia.
Un dentista, durante un tratamiento, puede herir a un paciente por la rotura de un instrumento, o dañarle un nervio al inyectarle la anestesia o extraerle la pieza equivocada.
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El dentista puede no ver una carie que le ocasione un absceso a un paciente que visite regularmente su consulta, o puede ser incapaz de detectar un cáncer de boca de manera temprana. O incluso puede usar erróneamente un producto que le ocasione alergia al paciente u otra complicación peor.
Todos estos hechos accidentales suelen ser la excusa para desencadenar una demanda millonaria.
Pero las clínicas dentales pueden protegerse, entrenando bien al personal, esmerándose en la atención al paciente. No obstante, la mejor protección contra las demandas es contar con un seguro de responsabilidad profesional, también llamado seguro de errores y omisiones.
Si usted está pensando en abrir una clínica dental, llame a un especialista de Univista Insurance, que con mucho gusto le explicará las distintas formas de garantizar una mayor protección a su negocio.
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