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El perfume Chanel Nº5 cumple 100 años

La diseñadora francesa Coco Chanel fue la primera mujer modista que creó su propio perfume, a la que ha calificado también como una “visionaria, que consideraba que el perfume podía expresar su estilo. La fragancia supo interpretar la moda a través de un proyecto “insólito” para la época. Conoció al perfumista de los zares, Ernest […]

Por Allan Brito
El perfume Chanel Nº5 cumple 100 años
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La diseñadora francesa Coco Chanel fue la primera mujer modista que creó su propio perfume, a la que ha calificado también como una “visionaria, que consideraba que el perfume podía expresar su estilo.

La fragancia supo interpretar la moda a través de un proyecto “insólito” para la época.

Conoció al perfumista de los zares, Ernest Beaux, en 1920, y lo acabó acaparando para la “maison” francesa, la mejor manera de mantener la exclusividad de la fórmula, como luego continuó haciendo con las otras “narices” que han creado los aromas de la firma como Henri Robert, Jacques Polge -el que más fragancias ha creado para la casa- o el último en incorporarse, su hijo Olivier.

Con la exigencia que la caracterizaba, Chanel dio unas directrices muy claras para la creación del Nº5, como que no fuera prisionero de su tiempo, que tuviera notas atemporales y abstractas, que no estuviera sometido a la tendencia, aunque dio una “enorme” libertad creativa al perfumista, que en aquel momento investigaba con los aldehídos, facilitadores de la durabilidad del aroma.

Solicitó entonces “un perfume que nadie hubiera hecho hasta el momento”, esa era la máxima. Se trataba de crear un aroma con múltiples facetas;  un perfume lujoso y seductor para la mujer.

Lo cierto es que Chanel Nº5 se convirtió en una esencia que ha trascendido su papel como producto de belleza y se ha transformado en estos 100 años en un mito y referente cultural, sobrepasando los tocadores femeninos y llegando a estar incluso en un museo.

Hasta principios del siglo XX, los maestros perfumistas se dedicaban a la creación de perfumes y los modistos, a la moda. Pero Paul Poiret, un modisto francés rival de Gabrielle Chanel, ideó una fragancia en 1911, a la que bautizó como Parfums de Rosine en honor a su hija. Un error que Chanel no cometió, y se aseguró de poner su nombre, bien grande, en cada frasco.

No sabemos si esa fue la chispa que animó a Coco Chanel a conquistar el mundo de la perfumería, pero comenzó a trabajar con el perfumista de los zares Ernest Beaux, en la creación de un perfume para mujeres que oliera como una mujer, y no como una flor.

Beaux le presentó varias muestras, entre las que Chanel, mujer supersticiosa, eligió la número 5, que casualmente era su número favorito. Cuando el perfumista le preguntó por el nombre que le pondrían a la fragancia, ella contestó: “Muestro mis colecciones el 5 de mayo, el quinto mes del año, así que dejemos simplemente el número, y ese número 5 nos traerá suerte”.

Y no se equivocaba. Tradicionalmente, las mujeres respetables optaban por perfumes hechos a base de una sola flor, mientras que las damas de otras clases sociales más bajas elegían aromas más atrevidos, como el almizcle o el jazmín.

La fórmula que escogió Chanel era una mezcla de 80 ingredientes entre los que a un bouquet de flores como la rosa, el jazmín, ylang-ylang se unían otras notas como el sándalo o el almizcle, y una combinación de aldehídos, unos químicos que le dan ese característico olor a limpio y hace que dure más tiempo en la piel.

 

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Esta elección que combinaba ingredientes antes dirigidos a diferentes clases sociales demostró que una mujer puede ser a la vez sexy y pura, y que las esencias no deben definir nuestro estatus. Una auténtica adelantada a su tiempo.

Nº5 nació en una época de revolución cultural en la que surgieron movimientos como el dadaísmo, el cubismo el surrealismo, y además de ser revolucionario en su composición, también lo fue en su apariencia.

En aquel entonces se llevaba el estilo barroco y recargado. Sin embargo, Chanel, amante del minimalismo, apostó por un frasco transparente de bordes afilados, con un tapón cortado como un diamante, que evoca la forma de la Plaza Vendôme de Paris.

El primer perfume para mujer, imaginado por una mujer, también fue el primero en ser anunciado en televisión y en estar en un museo como obra de arte. Andy Warhol creó un póster con la botella de la mítica fragancia que se expuso por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1959.

También inspiró a fotógrafos como Helmut Newton o Richard Avedon, quienes crearon algunas de las imágenes publicitarias más memorables de la marca, o a grandes directores de cine como Ridley Scott o Baz Luhrman, responsables de varios comerciales de la Maison francesa.

Desde Chanel cuentan que los soldados americanos que habían combatido en Francia durante la II Guerra Mundial, llevaban frascos del perfume de vuelta a casa a modo de souvenir.

Otro evento que contribuyó notablemente a que el perfume alcanzase el estatus de mito, fue que la actriz  Marilyn Monroe afirmase que para dormir, tan solo utilizaba unas gotitas de la fragancia. Una publicidad no pagada, e impagable.

Respecto a las mujeres Chanel, la propia diseñadora fue imagen del perfume cuando se lanzó al mercado, y otros grandes nombres de celebridades han encarnado el espíritu Nº5, como Catherine Deneuve, Nicole Kidman, Audrey Tautou, y más recientemente Lily-Rose Depp, y Marion Cotillard, elegidas por su feminidad, modernidad y belleza.

En los últimos años y con versiones más ligeras del mítico perfume, como Nº5 L’Eau, la casa de la camelia ha tratado de rejuvenecer la imagen de esta intensa creación que sigue siendo símbolo de prestigio y poder femenino

Otro esfuerzo en conseguir este objetivo lo vimos ayer, en la presentación de la colección crucero 2021-2022 de la Maison, para la que Virginie Viard, directora creativa de Chanel, se ha inspirado en el legado de Jean Cocteau, un artista amigo de Gabrielle Chanel, que produjo la película Testament of Orpheus en 1959.

 

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En la colección, que se presentó en las Carrières de Lumieres, unas canteras de piedra caliza blanca en la Provenza francesa que sirvieron de escenario al filme, hemos podido ver diseños en los que las insignias típicas del repertorio Chanel, como los trajes de tweed, se mezclan con elementos modernos como siluetas de los años 70, detalles rock y punk como flecos, rejillas y tachuelas; y pinceladas de los años 20.

Además de ser espectacular por su paraje, el desfile contó con una actuación musical a cargo de Sébastien Tellier con invitadas muy especiales como Vanesa Paradis o Carlota Casiraghi.

Fuente: Peopleenespanol

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