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¿Eres demasiado viejo para un seguro de vida?

Nunca es tarde para proteger a los seres queridos, pero la edad influye en el contrato de seguro de vida.

Por Luisana Valdivieso
¿Eres demasiado viejo para un seguro de vida?
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Un anciano se acercó a una oficina de una aseguradora y dijo que quería comprar un seguro de vida. La joven vendedora, sorprendida, le preguntó: “Señor, ¿qué edad tiene usted?” El anciano, muy lúcido, respondió orgulloso: “Señorita, tengo 82 años bien cumplidos, nací el 18 de febrero de 1942”.

Acto seguido, la joven se disculpó: “Lo siento, pero usted está muy mayor para hacerle un seguro de vida”. El anciano, algo contrariado, murmuró: “Eso mismo me dijeron mi padre y mi abuelo antes de venir aquí. Que intentar comprar un seguro de vida a estas alturas era una pérdida de tiempo, que mejor me quedara con ellos jugando al tenis”.

Esta escena humorística demuestra que ser muy mayor es relativo. ¿Qué edad tendrían el padre y el abuelo del anciano del chiste y todavía jugaban al tenis? Este es un chiste extremo.

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No es secreto que muchas aseguradoras no firman contratos de seguros de vida a clientes que superan cierta edad o ponen trabas para hacerlo. También es verdad que existen ancianos que, debido a sus circunstancias familiares, quieren tener un seguro de vida. Ya sea porque no quieren dejar a cargo de sus seres queridos el pago de su entierro, otros porque tienen hijos o familiares que aún dependen de los ingresos que ellos generan.

¿Cuándo se es demasiado viejo para tener un seguro de vida?

Antes de contestar a esta interrogante, es necesario, una vez más, aclarar que las aseguradoras compran riesgo. Mientras mayor es el riesgo, más alta es la prima. Basado en las estadísticas, una persona de la tercera edad tendrá mayor riesgo de fallecer pronto y, por lo tanto, las primas que deberá pagar por un seguro de vida serán más altas.

La mayoría de seguros de vida exigirá un chequeo médico como condición previa para vender una póliza a personas de la tercera edad. Aun así, la mayoría no venderá un seguro temporal típico a personas que superen los 65 o 70 años de edad. Pero no es el fin del mundo, existen pólizas de vida permanentes para clientes de hasta 90 años. Eso sí, es un tipo de seguro garantizado, cuya principal diferencia con otros seguros de vida permanentes es que no necesitan exámenes médicos, y tienen un período de espera de uno o dos años. Es decir, si el titular de la póliza fallece dentro del tiempo de espera, sus seres queridos no recibirán el beneficio de fallecimiento o serán compensados por solo una fracción del beneficio establecido en el contrato. Si el titular supera el período de espera, entonces los familiares recibirán de manera íntegra el beneficio de fallecimiento.

En conclusión, las personas de la tercera edad pueden tener seguro de vida, aunque la prima mensual suele ser más cara. De más está decir que la mejor forma de proteger a los seres queridos es comenzar joven con un seguro de vida, cuyo costo generalmente no supera los 30 dólares al mes.

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