Miami destaca entre las principales islas de calor urbano en EE.UU

En el mes de julio se ha sentido más calor en el Sur de Florida que en los últimos años de los que se tenga registro. La temperatura ha llegado a escalar hasta los 110 °F, lo que representa un peligro para las personas que trabajan al aire libre, sufren patologías como hipertensión, las mascotas y los niños. 

Miami resulta ser una de las ciudades donde se siente con más fuerza este cambio en el clima. De hecho ocupa uno de los primeros lugares en la lista de islas de calor urbano de EE.UU. 

De acuerdo a un reciente informe publicado por el grupo de investigación sin fines de lucro Climate Central, el término “islas de calor urbano” es definido por la Agencia de Protección Ambiental como áreas urbanizadas que experimentan temperaturas más altas que las demás. 

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Este ranking evalúa las temperaturas en ciudades con una cantidad concentrada de edificios, carreteras e infraestructura. Las llamadas “junglas de cemento” suelen absorber y remitir calor más que en los lugares con vegetación. 

Esto se debe a que atrapan el calor y provocan temperaturas de 15 °F a 20°F más que las áreas pobladas de árboles.

Índice de Climate Central

Aproximadamente el 85% de la población de EE.UU vive en áreas urbanas, por eso Climate Central se dispuso a desarrollar un índice que midiera la potencia de las islas de calor metropolitanas. En este se analizaron 159 ciudades del país.

Miami tiene el octavo peor efecto de isla de calor urbano de todas, publicándose detrás de ciudades como Nueva York y San Francisco.

La organización destacó que durante este verano de temperaturas récord, las ciudades son las más afectadas por dos factores: una gran cantidad de gases o emisiones y una baja cantidad de vegetación. Esto interfiere en el proceso de enfriamiento natural que deberían tener.

Agregaron en el estudio, que el calor urbano extremo representa una amenaza para la salud pública, sobretodo para comunidades vulnerables. Algunas condiciones agravan la contaminación del aire, poniendo en riesgo a las personas que trabajan en exteriores.

Enfatizaron que las soluciones a corto plazo serían sacar a las personas del calor y moverlas a áreas más frescas, pero a la larga la salida es sembrar más árboles o instalar techos verdes y pavimentos frescos.