Padre e hijo detenidos tras estrangular a conductor de Uber por tocar la bocina

La intolerancia puede hacer que se comentan actos ilógicos y catastróficos. Sobre todo en las grandes ciudades, donde el ritmo de vida frenético mantiene a la población al borde de la violencia y de la contienda. Los conductores de Uber son uno de los blancos móviles más atacados.

Un caso que llama la atención por lo absurdo ocurrió en un hotel de Hallandale Beach, en el condado de Broward, el pasado fin de semana. Un conductor de Uber tocó la bocina al recoger pasajeros en un viaje compartido pero dos que iban a bordo lo atacaron.

Así lo informó la policía de Hallandale Beach. El oficial Alain Jean-Baptiste relató en su reporte que los tres hombres protagonizaron una pelea verbal, luego los dos pasajeros salieron del auto y uno de ellos pateó el vehículo.

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Padre e hijo contra el conductor de Uber

Ante la afrenta, el conductor de Uber salió de su auto y “padre e hijo lo empujaron contra el auto, colocando sus manos alrededor de su cuello y restringiendo completamente las vías respiratorias de la víctima”, escribió el oficial.

El chofer luchó contra sus atacantes antes de que interviniera la seguridad, por lo que terminó con rasguños y magulladuras. En el forcejeo logró golpear a uno de los dos hombres.

THEY DID WHAT? A father and son from New Jersey are accused of ganging up on an Uber driver who honked at the taxi they were sitting in at a Hallandale Beach hotel over the weekend, choking him during the attack. https://t.co/0VXBZd1O3Y

— WPLG Local 10 News (@WPLGLocal10) October 11, 2023

Padre e hijo, Frank Joseph Butrico, de 61 años, y Frank Anthony Butrico, de 26, quedaron bajo arresto. Uno de ellos admitió que pateó el automóvil, pero aseguró no recordar el incidente; sin embargo, todo quedó grabado en los videos de las cámaras de seguridad.

Según el registro policial, un juez encontró suficientes pruebas para acusar a ambos, padre e hijo, de agresión grave y enfrentan cargo. El lunes 9 de octubre, cada uno pagó una fianza de 2.500 dólares, lo que prueba que les salió costosa su intolerancia.