Roberto abrió una pizzería en uno de los locales de un mall del sur de Florida. Era su sueño desde que llegó a los EEUU hace seis años. Trabajó duro para tener buen crédito y lograr que un banco le prestara el dinero de la inversión empresarial. “La Nuova Vita Nuova”, una pizzería cubana conocida por las pizzas que se doblan.
Este emprendedor debe devolver al banco 150 mil dólares, más intereses, en siete años. Pero Roberto trabaja duro y paga religiosamente cada mes: 2.300 dólares en concepto de préstamo; $5.000 de alquiler, $12.000 en salarios; insumos y seguro, por solo citar los gastos más significativos.
Todo marchaba bien hasta que de repente el ayuntamiento cerró la calle donde se encuentra su negocio. Les informaron que van a levantar toda la calzada para cambiar las tuberías de agua y alcantarillado.
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Roberto se ha visto forzado a cerrar el local, sin embargo debe continuar haciendo frente a sus deudas: préstamo, alquiler, seguro y salario. ¿Qué hacer? ¿Cómo salir de esta?
Ahora Roberto le viene a la cabeza ese momento cuando negociaba el contrato del seguro comercial que su agente le insistió para incluir un seguro de interrupción de negocio, algo que Roberto receloso, rechazó con la excusa de “estar hasta arriba de gastos”.
Esta situación ejemplifica la urgente necesidad de tener el seguro comercial, BOP, que incluya una póliza de interrupción de negocio. Un seguro de este tipo habría proporcionado a Roberto una compensación por las pérdidas de ingresos durante el cierre del local, ayudándole a cubrir sus gastos fijos y mantener su estabilidad financiera durante un período tan difícil.
La experiencia de Roberto debe servir como lección para todos los emprendedores: asegurar su negocio contra eventos imprevistos es esencial para proteger sus sueños empresariales. No espere a tener delante una crisis similar. Actúe ahora y garantice el futuro de su negocio con un seguro comercial sólido que incluya una póliza de interrupción de negocio.
