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¿Quién es la mujer más poderosa de Rusia que podría frenar a Putin?

Elvira Nabiullina, una de las mujeres más poderosas de Rusia que podría frenar a Vladimir Putin en Ucrania, sin embargo, probablemente no se atreva a hacerlo. Es posible que ninguna mujer tenga tanto poder en Rusia como Elvira Nabiullina, presidenta del Banco Central de Rusia, ex ministra de desarrollo económico y comercio y primera mujer […]

Por Allan Brito
¿Quién es la mujer más poderosa de Rusia que podría frenar a Putin?
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Elvira Nabiullina, una de las mujeres más poderosas de Rusia que podría frenar a Vladimir Putin en Ucrania, sin embargo, probablemente no se atreva a hacerlo.

Es posible que ninguna mujer tenga tanto poder en Rusia como Elvira Nabiullina, presidenta del Banco Central de Rusia, ex ministra de desarrollo económico y comercio y primera mujer rusa en el G8, Nabiullina ha acompañado al presidente en sus altos y bajos en el Kremlin.

Ahora que la guerra ha desestabilizado por completo la paz, el orden y la economía mundial, es crucial. ¿Será Nabiullina quien pare los pies a Putin? ¿Realmente apoya al líder supremo del partido en su invasión a Ucrania?

¿Quién es Elvira Nabiullina?

Considerada una de las mujeres más poderosas del mundo según Forbes, Elvira Sajipzádovna Nabiullina nació en Ufá, en la región rusa de Baskortostán, en 1963. Se graduó en la Facultad de Economía de la Universidad Estatal de Moscú y cursó estudios en Yale, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera como economista, política, banquera y estadista bajo el ala de Putin y su partido, Rusia Unida.

Casada y con un hijo, Nabiullina es la actual presidenta del Banco Central de Rusia desde junio de 2013 (lo que la convierte en la única mujer rusa que ha formado parte del G8), aunque antes fue ministra de desarrollo económico y comercio (2007-2012) y asesora económica personal del presidente ruso.

A mediados de los años 90, trabajó en el Sindicato de Ciencia e Industria de la URSS y su sucesor, la Unión Rusa de Industriales y Empresarios; fue la directora ejecutiva del Sberbank y también presidió el Centro de Desarrollo Estratégico.

Todo lo que dice Elvira Nabiullina con su ropa y sus broches

Elvira Nabiullina habla tanto con su ropa como con sus palabras, y una semana después del inicio de la invasión de Ucrania apareció vestida de luto riguroso en una conferencia de prensa: las sanciones internacionales derivadas de la guerra dejaban inutilizables los más de 600.000 billones de dólares de las reservas de divisas del país y los tipos de interés oficiales se iban a duplicar hasta un récord histórico del 20% para frenar la inflación galopante en el país.

La presidenta del Banco Central de Rusia estaba anunciando, sin decirlo con palabras, la muerte de su economía.

«Sabemos que odia la guerra porque vestía de negro. Siempre usa algo para revelar sus puntos de vista», cita The Guardian a Charlie Robertson, economista jefe global de Renaissance Capital. «Está de luto por la Rusia que ayudó a construir. No creo que sus sentimientos estén ocultos, y Putin lo sabrá.

Pero a él no le importa». En The Telegraph lo leen como una declaración de intenciones (y un mensaje a Occidente): «Es poderosamente simbólico y podría ayudar a inclinar la balanza contra un líder medio trastornado que amenaza para reducir a todo su país a la miseria. Para ella es un dilema espantoso. ¿Hace más bien quedándose o yéndose?».

«La ropa habla por nosotros sin que tengamos que abrir la boca. Por eso es muy importante ser conscientes de lo que elegimos, ya que es mejor que nosotros controlemos el mensaje», nos asegura la experta en comunicación de moda Anitta Ruiz, que prosigue: «es muy poderoso la capacidad que tenemos las mujeres de expresar cosas diferentes con lo que nos ponemos. La psicología de los colores o la fuerza de los complementos nos puede ayudar o entorpecer en nuestro mensaje».

Elvira Nabiullina lo sabe y maneja este lenguaje no verbal a las mil maravillas, sobre todo, a través de sus broches. «Pongo algo en cada símbolo que uso, pero no lo voy a explicar», confesó ella misma hace un par de años en la televisión rusa.

En marzo de 2020 usó un broche con la forma de una muñeca nevalyashka, un juguete ruso tradicional que vuelve a aparecer cuando se empuja, mientras los legisladores buscaban apuntalar la economía contra la pandemia de coronavirus.

En mayo, cuando el gobierno instó a la gente a no salir a la calle por la COVID-19, usó un broche con forma de casa; y en octubre, con un imponente repunte de casos en el país, lució una ola en la solapa.

En febrero de 2021, en una conferencia de prensa sobre la tasa clave en 2020, apostó por uno con la forma de un camachuelo: «el camachuelo es un hermoso pájaro de invierno que puede soportar diferentes heladas, así que es persistente», insinuó.

Está claro que Elvira Nabiullina es a la única mujer en Rusia que podría plantar cara a Putin en medio de la barbarie, frenar la invasión de Ucrania basándose en el irreparable daño económico que el conflicto va a provocar en las arcas rusas, pero, como indica el analista del Telegraph Jeremy Warner, «Nabiullina podría concluir que su renuncia sería igualmente inútil.

No cambiaría mucho las cosas. Como ex asesora económica del presidente ruso, es en gran medida una designada política que debe gran parte de su carrera profesional al patrocinio de Putin». Fuente: Mujer Hoy

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