Su nombre es Windsor, Guillermo Windsor.
Tratándose de una de las figuras públicas más reconocidas del mundo, el príncipe Guillermo de Inglaterra no sería un 007 tan efectivo como el legendario espía ficticio James Bond.
Pero eso no impidió que el heredero del trono británico pasara las últimas tres semanas trabajando con los servicios de espionaje, incluyendo el MI6, la agencia de inteligencia exterior de Bond.
“Pasar tiempo con nuestras agencias de seguridad e inteligencia, entender mejor la contribución vital que realizan a nuestra seguridad nacional, fue una experiencia verdaderamente aleccionadora“, dijo en un comunicado Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la corona.
“Estas agencias están llenas de gente de todos los orígenes realizando las tareas más extraordinarias para mantenernos seguros. Trabajan en secreto y muchas veces no pueden contarles a sus familias y amigos del estrés que enfrentan. Los motivan un patriotismo sin comparación y una dedicación a defender los valores de este país. Les debemos una profunda gratitud por el trabajo difícil y peligroso que realizan”, añadió.
Luego, este padre de tres hijos pasó al Servicio de Seguridad (MI5), que se ocupa del espionaje nacional, y acabó en la agencia de vigilancia de las comunicaciones GCHQ.
El responsable de contraterrorismo del GCHQ, al que solo identificaron como David, explicó que el príncipe trabajó “excepcionalmente duro para integrarse en el equipo”.
“Tener al duque de Cambridge con nuestros equipos fue una oportunidad increíble. Guillermo trabajó excepcionalmente duro para integrarse en el equipo y se mantuvo cómodamente entre algunos analistas y operadores altamente calificados. Su alteza real hizo algunas preguntas de sondeo y demostró una comprensión real de nuestra misión. Esta fue una rara oportunidad para exponer en detalle el ingenio técnico y las habilidades de resolución de problemas que se necesitan a diario para ayudar a mantener la seguridad del Reino Unido”, agregó.