La ACLU de Indiana ha presentado varias demandas federales en nombre de seis presos del centro penitenciario de Miami que afirman haber sido recluidos en condiciones que equivalen a un castigo cruel e inusual.
Según los expedientes judiciales, los presos de Miami fueron mantenidos en una “oscuridad total, dolorosa y peligrosa” durante días o semanas, lo que agravó las condiciones de salud mental como la ansiedad, la depresión y el suicidio. En la oscuridad, algunos de los hombres dijeron que tropezaron con cables vivos colgantes -remanentes de las instalaciones de luz destruidas por los ocupantes anteriores- causando dolorosas descargas eléctricas y lesiones por caídas, reportó wjct.
“Es una situación asombrosamente mala… Es una tortura”, dijo Ken Falk, director legal de la ACLU de Indiana. “No es como deberíamos tratar a otros seres humanos, independientemente de lo que hayan hecho”.
La ACLU presentó cinco demandas el 1 de julio y una en marzo contra William Hyatte y el alcalde adjunto George Payne.
“No hacemos comentarios sobre litigios activos, y declinaríamos cualquier entrevista en este momento”, escribió Annie Goeller, portavoz del Departamento Correccional de Indiana.
Los archivos sugieren que los problemas en la unidad de vivienda restrictiva comenzaron a finales del verano pasado y continuaron al menos hasta junio de 2021. Los administradores optaron por cubrir las ventanas rotas con acero “debido al costo de reemplazarlas”, escribió un empleado de Miami en respuesta a la queja escrita de un preso. “Las luminarias se están arreglando lo más rápido posible”.
Pero después de dos meses a oscuras, ese preso dijo que experimentó “alucinaciones auditivas que le instaban a hacerse daño”.
En una queja se afirmaba que otro preso “se cortó la cara y los brazos con una cuchilla de afeitar que se había dejado en su celda”, y que sus lesiones fueron ignoradas. Otro hombre dijo que recibió una conmoción cerebral después de que una lámpara dañada cayera sobre su cabeza.
La Ley Federal de Reforma de los Litigios Penitenciarios, promulgada en 1996, exige a los presos que agoten el procedimiento de quejas de la prisión antes de presentar una demanda. En cada caso, los presos presentaron la documentación interna, dijo Falk, pero la prisión no reparó las celdas.
Falk dijo que sigue recibiendo quejas sobre el estado de la unidad.
“Me sorprende la magnitud del problema”, dijo. “Es inexcusable y horrible”.
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