Curiosidades

EE.UU: Asesino vendía hamburguesas con la carne de sus víctimas

El sujeto confesó a la policía que vendía su producto en lugares turísticos y puntos claves de la ciudad.

Por Angel David Quintero
EE.UU: Asesino vendía hamburguesas con la carne de sus víctimas
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Todas las personas viven experiencias traumáticas a lo largo de su vida. A menudo, suelen convertirse en aprendizajes. Sin embargo, en algunos casos pueden acabar con la cordura de las personas y crear asesinos en serie como Joe Metheny que aterrorizó a la ciudad de Baltimore en los años 90. Pero, ¿en qué momento una persona normal se convierte en un sanguinario criminal que siente placer por el sufrimiento y los gritos de sus víctimas?

La vida del protagonista de esta historia estuvo marcada por las dificultes. Desde niño era golpeado por otros jóvenes debido a su sobrepeso. Creció con un padre maltratador que solo los visitaba para agredirlo a él y a sus hermanos. Mientras que su madre, tenía que trabajar todo el día por la precaria situación económica que tenían.

Un día, al cumplir los 19 años, sin saber qué hacer, decidió apuntarse al Ejército. Su madre contó, tiempo después, que a partir de ese momento se fue alejando cada vez más de su familia y cayó en el mundo de las drogas. Además, no duró mucho en la vida militar. Un sargento le había puesto un régimen estricto para que perdiera peso, pero Joe no aguantó y terminó desertando.

Posteriormente, empezó a trabajar en Baltimore en varios aserraderos. Aunque tenía una vida humilde, todo transcurría con normalidad. Incluso, conoció a una chica de la que quedó perdidamente enamorado y su amor fue correspondido.

Durante toda su juventud tuvo problemas por sobrepeso

Al poco tiempo empezó a vivir con su novia, se llamaba Metheny, y su hijastro. Por fin había conseguido lo buscaba desde niño: amor. Joe se esforzaba por ser un gran hombre e incluso el niño, de un día para otro, lo empezó a llamar “papá”. En ese tiempo, consiguió un trabajo mejor pagado, consistía en manejar camiones hacía otras ciudades durante largos periodos de tiempo.

A pesar del sacrificio que significaba, decidió aceptar para darle un mejor futuro a su familia. Pero de un momento a otro todo cambio. Después de estar varios días afuera de la ciudad, al regresar a su casa se hizo realidad su peor pesadilla: su novia e hijastro lo habían abandonado.

El despertar de un asesino serial

Todo lo que le importaba a Joe se había terminado. Aun sin aceptar lo ocurrido, empezó a buscar a su familia durante días. Un día decidió ir a la parte baja de un puente donde su esposa solía ir a comprar drogas. Para su mala fortuna no la encontró. En el lugar habían dos hombres sin hogar que no la conocían.

El abandono de su novia hizo despertar el instinto asesino que tenía por dentro

Ya fuera de sí agarró una hacha y mató a ambos hombres. Además, se percató que un pescador pudo haberlo observado, así que decidió acabar con su vida también.

En un instante, todo lo que conocía cambió. Lleno de sangre, contempló por un momento los cuerpos de sus tres víctimas en completo silencio. Para ocultar lo ocurrido decidió lanzar los cadáveres al río.

A la cárcel, pero…

Tras estos asesinatos, la policía inició una intensa investigación hasta dar con Joe. El sujeto quedó privado de libertad por ser el principal sospechoso de los homicidios.

A pesar de todo, el caso de un vuelco de 180 grados cuando año y medio después decidieron liberarlo, ya que nunca encontraron pruebas de peso en su contra.

Leer más: Entró a cirugía y le redujeron el pene 6 cm: ahora sufre disfunción eréctil

De esta forma, un asesino en serie salió de prisión. En vez de enrumbar su vida, Joe sentía sed de sangre desde el interior de su cuerpo. Este hombre tenía una sola cosa en mente, seguir con lo que había empezado aquel día debajo del puente.

Su primera acción fue buscar a dos trabajadoras sexuales para seguir investigando sobre su novia. Después de que las mujeres le dijeron que no la conocían, las mató.

Emprendimiento de hamburguesas

En esta ocasión, quiso aprovechar la carne de sus víctimas y las desmembró. Las partes del cuerpo que no pudo aprovechar las enterró. Durante las siguientes semanas inventó una receta combinando la carne de trabajadoras sexuales, con cerdo y res.

Con las bolas de carne decidió hacer hamburguesas. Cada semana salía con una parrilla a las rutas en las afueras de Baltimore, en lugares turísticos, y las vendía a los viajeros. Decenas de compradores consumieron sus hamburguesas sin tener la más mínima sospecha.

asesino

El sabor de las hamburguesas le encantaba a los camioneros

Rápidamente, ganó fama entre los camioneros que disfrutaban de la receta. Cuando se le estaba acabando su reserva de carne, simplemente repitió el proceso una y otra vez. Sus víctimas eran trabajadoras sexuales y vagabundos.

Nunca nadie se quejó del sabor de la carne.

El fin de las masacres

Finalmente en 1996 la policía logró atraparlo. No hubiese sido posible sin el testimonio de una trabajadora sexual que logró escapar antes de ser asesinada.

Una vez descubierto, el asesinó decidió confesar con minuciosos detalles cada uno de los homicidios que había cometido. El sujeto admitió haber cegado la vida de 10 personas. Además, tenía intenciones de seguir vendiendo hamburguesas si no lo hubiesen atrapado.

De hecho, compartió sus secretos culinarios. Joe declaró que la carne humana sabe muy similar al cerdo. Desde su experiencia, contó que si se mezcla bien con condimentos es imposible notar la diferencia.

Joe estaba orgulloso de todo lo que había hecho

“La próxima vez que vayas por la ruta y veas un puesto de hamburguesas abierto que nunca antes habías visto, asegúrate de pensar en esta historia antes de darle un mordisco a ese sándwich”, declaró tiempo después cuando ya estaba privado de libertad, ante el asombro de los agentes.

Por todo esto lo condenaron a muerte. Pero en el 2000 un juez decidió cambiar la sentencia a dos cadenas perpetuas.

La mente de un asesino en serie

Durante el juicio los investigadores le preguntaron por qué había hecho todo eso, y su respuesta los dejó fríos.

“Sentido de poder. No sé. Vulnerable. Yo temía, simplemente me emocionó mucho. Llámalo como quieras. No tenía ninguna excusa real por la que aparte de que me gusta hacerlo. (Pausa). No sé cómo describirlo”, dijo a los policías sin titubear.

Además, admitió que no estaba arrepentido de lo que hizo, porque disfrutó de cada momento en que el infringía sufrimiento a sus víctimas. “Lo único por lo que me siento mal en todo esto es que no pude asesinar a los dos hijos de puta que realmente perseguía”, admitió Metheny.

Y es que resulta que después de mucho tiempo supo cuál era el paradero de su esposa. Aunque su intención era matarla nunca se animó a hacerlo.

“Un tiempo después descubrí que mi chica se había mudado al otro lado de la ciudad de Baltimore con un imbécil que la hacía vender su cuerpo por drogas. Fueron detenidos por la policía y les quitaron al niño por negligencia y abuso infantil”, dijo.

Por eso, decidió dedicarse a su negocios de hamburguesas para tratar de olvidar lo que había pasado.

En 2017, a los 62 años y sin razones para vivir, Joe Metheny decidió acabar con su vida.

Decidió quitarse la vida a los 62 años

Relacionados