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Pedro Corzo: Canal 17

Vivía en Venezuela cuando supe por Tomás Pérez Capote que un canal público de la televisión en Estados Unidos trasmitía para los hispanos en su idioma, y que había un programa dedicado a la Historia de Cuba que conducía Carlos Cabezas. Años más tarde, me establecí definitivamente en Miami y gracias al inolvidable Salvador Lew, […]

Por Allan Brito
Pedro Corzo: Canal 17
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Vivía en Venezuela cuando supe por Tomás Pérez Capote que un canal público de la televisión en Estados Unidos trasmitía para los hispanos en su idioma, y que había un programa dedicado a la Historia de Cuba que conducía Carlos Cabezas.

Años más tarde, me establecí definitivamente en Miami y gracias al inolvidable Salvador Lew, en un programa que hacíamos en el Centro Vasco, conocí a Luis Díaz quien velaba por la programación en español como si fuera un amado hijo. Le dije que contara conmigo cuando hubiera un espacio y así lo hizo, simplemente me dijo “Pedro, aquí no hay paga” y le dije si los americanos dan este espacio gratis, lo menos que podemos hacer es trabajo voluntario por la información de todos.

La programación en español del Canal 17 fue el resultado de la suma de voluntades de estadounidenses y cubanos que concluyeron que la creciente comunidad hispana en esta parte del país merecía ser atendida en su idioma materno. Han sido cuatro duras décadas en las que Luis Díaz y muchos periodistas han aportado a la comunidad sus conocimientos y difundido información para que los televidentes tuvieran una mayor comprensión de la realidad local, nacional e internacional y así estuvieran capacitados para tomar mejores decisiones.

Empecé en el canal 17 a principios de la década del 90, el programa se llama “Entérese”, años más tarde dejé el canal, pero regresé en el año 2004, para hacer “Opiniones”, una emisión completamente distinta. Una característica fundamental de la programación en español, que, en solo 4 horas a la semana, ofrece temas variados a una comunidad diferente.

La trasmisión fue suspendida por el Covid19, situación más que entendible, sin embargo, para que retornemos a la misma, la administración del canal ha dispuesto una serie de condiciones con las que no estamos de acuerdo, fundamentalmente, transmitir los programas en las mañanas de los domingos, un espacio de tiempo que nuestra audiencia dedica, en su gran mayoría, a asuntos familiares y religiosos.

El argumento esgrimido para el cambio de horario es la baja audiencia de la programación, obviando que la televisión pública busca educar y no entretener.

Tengo experiencias directas de que los programas tienen audiencia. Por ejemplo, me encontraba en un crucero por el Mediterráneo, 2014, con mi esposa, y en una escala en la isla de Lesbos, un señor muy entusiasta acompañado de su familia me abordó con mucha familiaridad y me pregunto, “Ud., no es el del canal 17” , lo que respondí afirmativamente con orgullo. El pasado 2019 estaba en San José, Costa Rica, en una conferencia sobre la situación cubana cuando un matrimonio, de viaje en ese hermoso país centroamericano, se me presentó para hablar de varios de los programas de “Opiniones” más recientes.

El muy conocido periodista argentino, Leandro Gasco, me comentó en Buenos Aires sobre lo conveniente que sería que en su país hubiera programas como los que trasmite la programación en español del Canal 17 y el colega venezolano Alexis Ortiz me decía frecuentemente que cada vez que participaba en un programa tenía numerosas reacciones, algo semejante me comentaba el politólogo boliviano Carlos Sánchez Berzain.

Como comunicador me gustaría que nuestra programación llegara a un público cada vez mayor, pero eso también requiere publicidad, como lo demuestran empresas que están el mercado hace décadas que, sin embargo, no cesan de promoverse.

Soy de la opinión que en una sociedad en la cual las minorías son defendidas con extrema vehemencia, la programación en español del WLRN, Canal 17, merece mayor comprensión y respaldo. La numerosa población hispana del condado merece esa atención porque son contribuyentes y electores activos en la comunidad. Además, no se pueden olvidar los invitados a las presentaciones, ellos dan su tiempo y talento para beneficio de todos. Muchos políticos locales y nacionales han pasado por esos programas.

Por otra parte, decía el activista Héctor Caraballo, que sería apropiado que la Junta Escolar del Condado, así como el superintendente del Sistema Escolar, cobren un mayor protagonismo en la programación, porque en estos tiempos tan complicados, es más que prudente incentivar la educación cívica y el conocimiento de los peligros que acechan a la democracia en este gran país.

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