Con el fin de buscar ejemplos de cómo han intentado príncipes y princesas, con diferentes resultados, labrarse carreras lejos de la pompa y circunstancia de sus obligaciones tradicionales, la familia real británica podría mirar a Europa. Ello con el propósito de estudias los futuros papeles del príncipe Enrique y su esposa, Meghan, según difundió apnews
Por Redacción Miami Diario
La gran lección para Enrique y Meghan, quienes intentan alejarse de la Casa de Windsor, es que no deben aprovechar sus conexiones reales. A esta conclusión han llegado muchos miembros de las familias reales europeas que tienen carreras profesionales.
Holanda
En el caso del rey Guillermo Alejandro de Holanda, quien tiene un trabajo a tiempo completo como monarca, también se dedica a pilotar vuelos de pasajeros de KLM. Ello con la idea de acumular suficientes horas de vuelo en cabina para conservar su licencia de piloto.
En el caso de su cónyugue, Máxima, argentina por nacimiento, tiene muchos compromisos reales, pero también sirve como asesora especial del secretario general de Naciones Unidas para Desarrollo y Financiación Inclusiva, fomentando los microcréditos y otras iniciativas en todo el mundo.
Un dato a considerar es que la estable familia real holandesa ha tenido turbulencias en el pasado por sus negocios. El fallecido abuelo de Guillermo Alejandro, el príncipe Bernardo, renunció a sus tareas públicas por su supuesto papel en un escándalo de sobornos asociado al fabricante de aviones Lockheed. El ex vicepresidente de Lockheed A. Carl Kotchian dijo en una vista ante el Senado estadounidense en 1976 que Bernhard había recibido dinero a principios de la década de 1960 para promocionar las ventas de la firma en Holanda.
Bélgica
El príncipe Lorenzo, hermano del rey Felipe de Bélgica, ha tenido problemas durante años con las tareas y obligaciones asociadas a su asignación financiada por los contribuyentes.
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Noruega
Marta Luisa, princesa, renunció a la parte de “alteza real” en su título en 2002, cuando se casó con el escritor noruego Ari Behn. Es la mayor de los hijos del rey Harald y cuarta en la línea de sucesión al trono.
Esta princesa renunció al título alegando que quería tener la libertad de desarrollar intereses privados, como gestionar un negocio cultural y de arte o aparecer en televisión y teatro.
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